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    Escenario para tres. Parte 14: Encuentro con el diablo.

    Teras
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    Escenario para tres. Parte 14: Encuentro con el diablo. Novato_3


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    Mensaje  Teras Mar Mar 13, 2012 12:44 pm

    A las 5:36 PM de un miércoles los estudiantes de un colegio de Ezpeleta salieron a la calle al finalizar la última hora de clase. A muchos de ellos les llamó la atención la presencia de un hombre alto, cuya espalda estaba cubierta por una larga cabellera blanca.

    Se notaba que el extraño buscaba a alguien entre la multitud.

    Ismael Andes pasó frente a él sin siquiera mirarlo. Estaba distraido pensando en sus cosas. Se sentía mejor después de haber descansado lo suficiente como para recuperarse del entrenamiento semanal.

    Un entrenamiento que era eficaz y muy extenuante.

    El guardián se estaba acostumbrando a luchar con una espada en la mano y se esforzaba para desarrollar sus habilidades. Él tenía el presentimiento de que le faltaba mucho para estar a la altura de su enemigo.

    ¿Estaba en lo cierto? ¿Tenía razón?

    -Hola guardián.

    Ismael se puso los anteojos negros que le había dado su guía y miró a la persona que le había hablado. Esperaba ver un aura colorido y luminoso, pero se encontró con una desagradable mancha oscura que rodeaba el cuerpo del extraño. Se quitó sus anteojos negros y preguntó:

    -¿Quién es usted? ¿Por qué sabe eso? ¿Cómo me encontró?

    -Mi nombre es Janos Etna. No debería sorprenderte que yo tenga conocimientos sobre el enfrentamiento definitivo, porque somos muchos los que sabemos qué va a suceder en diciembre. Y te encontré porque alguien que conozco le robó algo de información al Eje oculto. Ellos saben más de lo que podrías imaginar.

    La mayoría de los estudiantes pasaban por la vereda, dirigían una mirada a esos dos que estaban hablando, y seguían su camino. Sólo dos se detuvieron a observar la escena.

    -Mirá eso-dijo Edgar-. Isma está hablando con ese tipo. ¿Quién será?

    -¡Qué lindo! Y es casi tan alto como Isma. Lo único que le resta puntos es ese horripilante cabello blanco. ¿Cómo pudo teñirse de ese color?

    -Eso no importa, Sara. Lo que sí importa es que nuestro amigo está más raro que de costumbre últimamente. El mes pasado lo vi aparecer de la nada junto con otro tipo adentro del colegio. Fue ese día en que la preceptora se desmayó.

    -Un hombre de mediana estatura que tenía el cabello bastante largo, pero no tanto como el tipo que está hablando con Isma ahora, ¿no? Yo también lo he visto. Al menos ahora sé que no me estoy volviendo loca.

    -Y eso no es todo. La semana pasada lo vi levantando un lápiz sin tocarlo. Hablo de telekinesis auténtica. No de esa basura que hacen esos estafadores que se hacen llamar magos.

    -¿Qué dijiste? Por favor explicame, Ed. Yo no veo tanta tele.

    Mientras tanto, Ismael y Janos seguían con su conversación.

    -Asi que la información sobre mi paradero es valiosa. ¿Se puede saber por qué?

    -Porque muchos quieren matarte, guardián. Para salvar al mundo. Si falta uno de los tres no pasa nada.

    -¿Saben que si me mataran se condenarían para siempre?

    -Algunos sí, pero no les importa mucho o no creen en eso.

    Ismael condujo disimuladamente su mano derecha hacia el bolsillo de su campera que contenía una navaja.

    -¿En serio? Gracias por la información, Janos. Hasta nunca.

    El hombre del cabello blanco retrocedió rapidamente para evadir el filo de la navaja. El joven que estaba frente a él había intentado cortarle el cuello. Realmente no se lo esperaba. Sonrió.

    -Eso no fue nada amable de tu parte, guardián.

    -Tengo nombre. ¿Lo sabés?

    -Tendrías que hacer algo mucho mejor que eso para matarme.

    -¡Tranquilizate Isma!-gritó Edgar-. No hagas ninguna estupidez. Guardá esa navaja.

    -Decinos que está pasando-pidió Sara-. Podriamos solucionarlo sin recurrir a la violencia.

    -¡No se metan en mis asuntos!-ordenó Ismael-. Si realmente quieren que guarde mi navaja vengan y oblíguenme a hacerlo. Yo hago lo que quiero. A cualquiera que se interponga en mi camino le va a ir muy mal.

    -El guardián amenazando a sus amigos.-Janos se rió-. Qué escena tan divertida.

    -¿Qué podemos hacer, Ed?-preguntó Sara.

    -Quisiera saberlo-dijo Edgar-. Isma es más grande y fuerte que yo, y además tiene esa navaja. No puedo detenerlo.

    Sara y Edgar siguieron observando la situación sintiendose impotentes.

    -No tenés que preocuparte, guardián. No pienso matarte.

    -Eso no importa. No me conviene que sigas con vida porque sabés demasiado.

    Janos no había perdido la calma en ningún momento. No se sentía amenazado. Estaba seguro de que Ismael no podía hacerle daño. Se teletransportó.

    Edgar y Sara retrocedieron unos pasos cuando el hombre de cabello blanco apareció frente a ellos.

    -Tu amiga tiene razón, guardián. Deberíamos tratar de solucionar esto sin recurrir a la violencia.

    Ismael volteó para mirar a Janos.

    -Alejate de ellos ahora mismo si no querés perder algunos dedos.

    -Lo voy a hacer cuando guardes esa cosa, guardián. Diganselo ustedes. Tal vez les haga caso.

    Edgar se colocó frente a Sara. Sentía que ese desconocido que estaba frente a él era muy peligroso.

    -¡Isma, guarda esa navaja ahora!

    Janos sonrió al ver que su exigencia era cumplida. Él cumplió con su palabra. Se alejó de esos dos estudiantes asustados. Fue hacia donde estaba Ismael.

    -Bien. Ahora sí podemos hablar.

    -¿Por qué viniste a verme? ¿Qué querés?

    -Quiero conversar con vos, guardián. Vayamos a algún lugar a comer. Yo invito. Y si después de hablar un rato siguieras pensando en matarme podríamos pelear. ¿Te parece bien?

    -Sí. Te voy a dar tiempo para pensar en alguna buena razón para que no te mate.

    Janos se rió. Le hacían mucha gracia las constantes amenazas de Ismael.

    -Me caes bien, guardián. Es agradable saber que no sos un chico bueno.

    -No estoy de humor para elogios.

    El guardián y el hombre de cabello blanco desaparecieron.

    -Esto es increíble-dijo Edgar-. Sabía que la adolescencia sería una etapa jodida, pero nadie me dijo que tendría que lidiar con gente que puede teletransportarse.

    -A mi tampoco me lo dijeron, Ed.







    Ismael y Janos ingresaron en un restaurante ubicado sobre la calle Yrigoyen, entre las calles Rivadavia y Alem, cerca de la estación de trenes de Quilmes. Ocuparon una mesa. Esperaron a que los atendieran.

    -¿Puedo pedir una pizza, guardián? No me vas a decir que no te gusta, ¿no?

    -No, no te voy a decir eso. Pedi una. ¿Cuándo vamos a hablar?

    -¡Qué impaciente! Vamos a hablar cuando terminemos de comer. No se puede hablar con la boca llena.

    Una camarera se acercó a la mesa.

    -Buenas tardes, caballeros. ¿Qué van a ordenar?

    -Una pizza y una gaseosa-dijo Janos.

    -¿Pizza común y corriente o con algún agregado?-preguntó la camarera.

    -Sí-respondió Ismael-, con jamón y anchoas.

    La empleada anotó el pedido y luego se retiró. Más tarde regresó y dejó sobre la mesa lo que habían pedido.

    -Comé despacio, guardián. No quiero que te caiga mal la comida.

    Cuando ya no quedó ninguna porción de la pizza inició la conversación.

    -Tengo algo que confesarte-dijo Janos-. Puede que no te sorprenda.

    -No hace falta que me lo digas. Vos sos el asesino, ¿no es asi?

    -Diste en el blanco.

    -Es extraño. Te dije que tenías tiempo para buscar una buena razón para que no te mate. ¿No me entendiste? Ahora ya no tenés escapatoria.

    -Dejá las amenazas para otro momento. Mi objetivo del día de hoy es aclararte que no es necesario que peleemos. Lo que sí es verdaderamente necesario es que yo obtenga el poder para cumplir un deseo. Yo sólo quiero hacer lo que me corresponde. Sabés a qué me refiero, guardián.

    -Sí, lo sé. Por eso no te voy a dejar el camino libre.

    -No entiendo por qué querés que el mundo siga siendo así-dijo Janos mientras señalaba con el dedo indice un televisor que estaba colgado en una pared que estaba detrás de Ismael.

    La pantalla del aparato mostró diferentes canales que daban funestas noticias.

    Una mujer había sido violada y asesinada.

    Decenas de personas habían muerto por un terrible atentado.

    Un adolescente había sido asesinado por unos delincuentes.

    Conflictos belicos en distintas partes del mundo seguían su marcha.

    Paises que ostentaban con orgullo sus arsenales nucleares.

    Las personas que estaban en el restaurante se sorprendieron al ver que el televisor cambiaba de canal por si solo. Dejaron de prestarle atención cuando se detuvo.

    -¿Por qué hiciste eso?-preguntó Ismael.

    -Porque quiero que lo entiendas. ¿Viste eso? ¿No creés que es necesario barrer con toda esa inmundicia? Yo creo que sí. Quiero limpiar este mundo. Purificarlo. No quiero matar a todos. Aquellos que sobrevivan tendrán la oportunidad de construir un mundo nuevo y perfecto. Vos podrías formar parte de él. También puedo perdonarle la vida a tu padre, a tus amigos, a quien sea. Podría hacerlo si aceptaras dejarme el camino libre.

    -Barrer la inmundicia del mundo-dijo Ismael-. Tengo que admitir que me parece una muy buena idea.

    -Entonces vas a decirme lo que quiero escuchar-dijo sonriendo Janos.

    -No. Sigo pensando en matarte para salvar este estúpido mundo.

    -¿Estás seguro?

    -Sí. A mi no me gusta este mundo tal y como está, pero a mi amiga sí. Ella cree que en algún momento la gente va a reconocer sus errores y todo será solucionado.

    -Ya veo. Todo es igual que aquella vez, ¿no? Nosotros, la dulce chica por la que darías tu vida. Esto va a terminar de la misma manera. No hay nada que puedas hacer para evitarlo.

    Ismael frunció el ceño y dijo:

    -No entiendo de qué estás hablando. ¿Por qué decís que va a terminar de la misma manera?

    -Nosotros ya nos enfrentamos una vez. En nuestras vidas pasadas. Pensé que ya lo sabías. Yo recuerdo perfectamente mi vida pasada. Se nota que vos no recordás nada. ¿Quién puede culparte? Todos prefieren olvidar sus fracasos.

    -Eso significa que me derrotaste en mi vida pasada, ¿no? Entonces, ¿por qué no destruiste al mundo? Creo que estás mintiendo.

    -No estoy mintiendo-aseguró Janos-. Destruí al mundo, pero fue hace mucho tiempo. Hoy en día ya no queda ningún rastro de aquel gran diluvio. Lamentablemente no funcionó como yo esperaba. Muchas personas desagradables sobrevivieron. Esta vez no voy a fallar.

    -No estés tan seguro, asesino. No te confíes. Porque vos vas a terminar tirado en el piso suplicando piedad.

    Janos golpeó la mesa con su puño derecho. Ya había perdido la paciencia. El joven que estaba frente a él era su enemigo. A partir de ese momento lo trataría como tal. Su bello rostro se deformaba terriblemente cuando estaba furioso.

    Ismael se sorprendió mucho al observar ese cambio. Por un momento pensó que no se enfrentaba a un hombre. Su enemigo era un monstruo.

    -Está bien, guardián. Ya no voy a tratar de que cambies de parecer. Es definitivo. Somos enemigos.

    -Sí. Asi deben ser las cosas, asesino. ¿Vas a pelear o te vas a escapar teletransportandote?

    -Eso debería preguntártelo yo a vos.

    Janos se levantó y dijo:

    -Voy a pedir la cuenta.

    Miercoles 30 de mayo del año 2.012.



    ¡Enemigos declarados! Finalmente el asesino dio la cara. ¿Ismael será capaz de derrotar a ese terrible enemigo? El día definitivo se acerca poco a poco.

    Los saluda el sr. Teras. ^^
    Anonymous
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    Escenario para tres. Parte 14: Encuentro con el diablo. Empty Re: Escenario para tres. Parte 14: Encuentro con el diablo.

    Mensaje  Invitado Mar Mar 13, 2012 11:35 pm

    Uhhhhh al fin se encontraron cara a cara... uno de ellos va a morir.....

    Asi que Ismael ya habia fallado una vez? Lo hara de nuevo?

    Mhhhhh.......

      Fecha y hora actual: Lun Mayo 13, 2024 12:35 pm