EL chico bajó de la moto frente al bar. AL entrar, lo saludó el humo de tabaco y el olor a sexo. No le dió bola, Japón tenía mejores lugares pero ninguno tan cómodo. La gente lo vió pasar, pero en general no le dieron importancia.
Se dirigió directo a la barra, y hablar con el barman.
Ya tenés lo mío? Pregunté.
EL tipo me miró y me sirvió el sake de siempre, que me tomé de un tirón. Tengo algo, pero hoy te toca pelear.
Bien. era siempre lo mismo, siempre el mismo ritual. Ahora le dejaba la campera de cuero y la remera, y entraba en la parte de atrás del local.
Atrás, en una especie de galpón vacío, las peleas clandestinas se llevaban a cabo.
Esperó su turno, apostó 20.000 yenes a sí mismo.
Ese día, un rubio alemán, grande. No parecía facil. A mis 17 años podía distinguir quien era fácil y quien difícil, y este era bastante difícil.
El primer golpe lo dió el otro, gancho derecho al estómago. Con este iba a ser difícil ganar a los golpes. Lo mejor era tomarlo de la mano, trabarle la mano, enredar mis pies en su cuello y romper la tráquea o el brazo, lo que quieran primero.
Me colgué del tipo, e hice la llave rápido y preciso, hasta que su brazo se rompió, pero no me soltó, y me agarró de la nuca. EN su presa reventó mi cara contra el suelo varias veces, y yo no podía hacer nada. Me solté para proteger mi cara con las manos, y el tipo se hechó sobre mí un poco mas. aproveché eso para golpear con el talón su cuello varias veces, y una de ellas se oyó el ¡Crack! que la tráquea rompiéndose, de la muerte del grandote.
Él sabía, tanto como yo, lo que apostaba al entrar. Salí del Ring.
Nunca hacía mas de una pelea por día, era demasiado complicado ganar la segunda.
Salí y tomé dos sakes mas, mientras esperaba que apareciera el barman para pagarme las apuestas de estos días, cosa que hizo. 1.468.000 yenes gané esa semana. Siempre que está sobre el millón, sale bien la semana.
Salí y me subí a la moto. Me estaba poniendo el casco y algo me tiró de la moto. Levanté la visera. Los amigos del grandote.
Pasen uno a uno, maricones. Eran 3, nada que no pudiera manejar. El tipo mas pequeño sacó un cuchillo, y los demás también. No estaba bien. Mi mejor apuesta era correr.
Comencé a correr, mano a mano capáz hubiese podido con ellos, pero con armas...
Frío.
En mi ingle sentí frío, me toqué. Sangre, mucha.
Me esperaba mas allá otro tipo, y me interceptó con una puñalada en la ingle, sobre la vena cava. En esa parte era una puta autopista, y los chorros de sangre salían. Quise levantarme, pelear... EN vano. Todo desapareció, me desvanecía.
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...
...
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...
...
...Luz...
QUe mierda es esta habitación? Que carajo es esa bola negra?
"Tu vida me pertenece"? eh?
off: Hola! Soy nuevo en el foro, me presento.
Se dirigió directo a la barra, y hablar con el barman.
Ya tenés lo mío? Pregunté.
EL tipo me miró y me sirvió el sake de siempre, que me tomé de un tirón. Tengo algo, pero hoy te toca pelear.
Bien. era siempre lo mismo, siempre el mismo ritual. Ahora le dejaba la campera de cuero y la remera, y entraba en la parte de atrás del local.
Atrás, en una especie de galpón vacío, las peleas clandestinas se llevaban a cabo.
Esperó su turno, apostó 20.000 yenes a sí mismo.
Ese día, un rubio alemán, grande. No parecía facil. A mis 17 años podía distinguir quien era fácil y quien difícil, y este era bastante difícil.
El primer golpe lo dió el otro, gancho derecho al estómago. Con este iba a ser difícil ganar a los golpes. Lo mejor era tomarlo de la mano, trabarle la mano, enredar mis pies en su cuello y romper la tráquea o el brazo, lo que quieran primero.
Me colgué del tipo, e hice la llave rápido y preciso, hasta que su brazo se rompió, pero no me soltó, y me agarró de la nuca. EN su presa reventó mi cara contra el suelo varias veces, y yo no podía hacer nada. Me solté para proteger mi cara con las manos, y el tipo se hechó sobre mí un poco mas. aproveché eso para golpear con el talón su cuello varias veces, y una de ellas se oyó el ¡Crack! que la tráquea rompiéndose, de la muerte del grandote.
Él sabía, tanto como yo, lo que apostaba al entrar. Salí del Ring.
Nunca hacía mas de una pelea por día, era demasiado complicado ganar la segunda.
Salí y tomé dos sakes mas, mientras esperaba que apareciera el barman para pagarme las apuestas de estos días, cosa que hizo. 1.468.000 yenes gané esa semana. Siempre que está sobre el millón, sale bien la semana.
Salí y me subí a la moto. Me estaba poniendo el casco y algo me tiró de la moto. Levanté la visera. Los amigos del grandote.
Pasen uno a uno, maricones. Eran 3, nada que no pudiera manejar. El tipo mas pequeño sacó un cuchillo, y los demás también. No estaba bien. Mi mejor apuesta era correr.
Comencé a correr, mano a mano capáz hubiese podido con ellos, pero con armas...
Frío.
En mi ingle sentí frío, me toqué. Sangre, mucha.
Me esperaba mas allá otro tipo, y me interceptó con una puñalada en la ingle, sobre la vena cava. En esa parte era una puta autopista, y los chorros de sangre salían. Quise levantarme, pelear... EN vano. Todo desapareció, me desvanecía.
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...Luz...
QUe mierda es esta habitación? Que carajo es esa bola negra?
"Tu vida me pertenece"? eh?
off: Hola! Soy nuevo en el foro, me presento.