Aparecieron todos los gantzers frente a un templo egipcio.
Todos observaron el lugar. Las paredes y pilares repletas de jeroglíficos e imágenes de dioses de aquella antigua cultura.
Se veía solo una entrada de ese misterioso sitio.
Manza fue el primero que habló.
-Ah. Creo que nos mandaron un poco lejos, ¿no?
-¿Creen que realmente estamos en Egipto?-preguntó uno que llegó aquella noche a la habitación de la esfera negra. Se hacia llamar Kakashi.
-No lo sé. Olvidé mi gps en casa.
Un comentario que causo muchas risas entre aquellos guerreros.
Hack le dio un golpe a uno de sus compañeros, el cual la había tocado donde la espalda dejaba de ser espalda. XD
Aquel extraño gantzer, que en ese momento tenía el cabello de un color rojizo, le sonrió de forma pervertida.
-Bien que te gustó, perra.
Darkblack observó aquella situación sorprendido.
-Pero... ¿A ese qué le pasó?
-Es otra de sus personalidades. Le cambia el color de cabello cuando cambia.
Teras, dominado en ese momento por su personalidad pervertida, dejó de intentar tocar a su compañera. Pero siguió mirándola, lo cual la incomodaba mucho.
Alex miró a su compañero.
-¡Hace el favor de comportarte! No perdamos más tiempo. Entremos a ese templo.
Escucharon unas voces.
-¡No se los permitiremos!
Los gantzers que iban al frente retrocedieron al ser atacados por dos extraños individuos que aparecieron de repente. No vieron de donde salieron. Se movían muy rápido. Solo pudieron verlos bien cuando se detuvieron.
Eran dos hombres. Ambos estaban vestidos con una especie de falda blanca y llevaban sobre la cabeza un gorro que solo dejaba a la vista sus rostros. Estaban armados con una pequeña hoz y un escudo.
-¡Retírense o nunca! Tienen un minuto para irse antes de que los cortemos en pedazos.
Los revisaron utilizando las x-gun.
Teras se adelantó y les habló a esos enemigos.
-¡Nada de eso! Vamos a matarlos y después voy a volver a casa para comer papas fritas.
-¿Qué dijo?-preguntó Sunshiro Kimaru sin terminar de creer que lo que a su compañero se le ocurrió decir en un momento así.
Esos extraños guardias atacaron a los gantzers. No eran muy fuertes, pero se movían muy rápido.
Todos decidieron utilizar las katanas para defenderse. Era imposible acertar un disparo contra enemigos de esa clase.
-¡Dividámonos en dos grupos! Que cada cual se ocupe de uno.
Escucharon la voz del líder del grupo.
Teras fue con el grupo en que estaba Hack. Su lado pervertido de rojos cabellos aún lo dominaba. Pero no pensaba solo en eso. Pensaba en una forma de destruir a esos aliens.
Era capaz de ver bien los movimientos del guardia al que enfrentaba su grupo.
-¡No se separen! Cuando se acerque lo atacamos todos juntos.
El gantzer de multiples personalidades se apartó de los demás.
-Vas a morir, idiota-le dijo Shred, quien estaba como siempre con la ropa sobre el traje. La capucha cubriendo su rostro.
-¡El que va a morir es este bicho!
Lo vio acercándose portando su escudo y su hoz. Esquivó su ataque y puso un pie frente a él para que tropezará.
El alien cayó soltando su escudo.
-¡Ahora!
Fue Link el que le cortó la cabeza a ese misterioso ser.
Pero no terminó ahí.
Una extraña criatura similar a una sanguijuela salió de ese cuerpo sin cabeza desgarrando el pecho. Y atacó al gantzer más cercano.
Link terminó el trabajo poniéndole fin a la vida de ese parasito.
El otro grupo se encargó del alien restante.
Manza fue quien lo destruyó.
Algunos miraron a Teras.
Fue a Gibiky quien se animó a preguntarle.
-¿Cómo pudiste hacer eso?
El pervertido Teras se rió.
-Fácil. Lo que para ustedes pasa rapidísimo para mi va en camara lenta. Mi visión me lo permite. También me sirve para detectar cada movimiento del lindo trasero de Hack cuando camino detrás de ella.-Miró a la gantzer que nombró y le tiró un beso-. Sí. Hablo de ti preciosa.
-¡Sigamos adelante!
Fueron al interior de ese templo. Pasaron por un largo y oscuro pasillo cuyas paredes eran similares a las del exterior. Llegaron hasta lo que parecía un amplio salón. Estaba iluminado por unas antorchas que estaban colgadas de las paredes. Había un camino de piedra que conducía directamente hacia un trono que ocupaba una persona. El resto del suelo solo era arena.
-Vamos por el camino-dijo Alex King-. No pisen la arena. Por alguna razón no me parece que sea seguro.
-¿Quién será?-se preguntó Martín mirando hacia donde estaba el trono.
Aún estaban lejos. No podían ver bien a aquella persona, alien, o lo que fuera.
Avanzaron cuidadosamente mirando a su alrededor.
Una mujer de piel morena que tenía unas extrañas marcas de color rojo en el cuerpo ocupaba el trono. Les habló a los gantzers.
-¿Quiénes son y por qué han venido hasta aquí para atacarnos? ¿Acaso no temen morir?
-¡Silencio!
Kakashi se adelantó y empezó a atacarla. Le disparó con su x-rifle.
-¡Espera!-le gritó Alex King.
Pero los disparos de esa arma no afectaron a esa extraña mujer. La cual demostró con la expresión de su rostro su enfado por ese sorpresivo ataque. De su cuerpo empezaron a salir unos insectos.
No solo de ella.
Miraron alrededor.
Esos mismos insectos salían de la arena, de huecos que había en las paredes, por el pasillo por el que habían llegado a ese lugar.
Estaban rodeados.
-Me gustan las chicas atractivas-dijo Teras-. Si tienen buena higiene mejor. Está llena de bichos.
La inmediata reacción de la mayoría fue defenderse. Frenar el avance de los insectos y atacar a la mujer.
Las antorchas en las paredes se apagaron.
Alex King trataba de detenerlos para tratar de razonar con la mujer del trono. Le resultaba extraño que un alien les hablara en su mismo idioma. Pensaba que tal vez podrían descubrir algo relacionado con la situación en que se encontraban todos ellos.
Pero no hubo más tiempo para intentar algo que no fuera hacer lo mejor para defenderse.
Los insectos llenaron el lugar.
La mujer desapareció.
Se escuchaban los gritos. Las katanas cortando el aire. El efecto de los disparos de las armas.
Finalmente la pesadilla parece terminar cuando los insectos se dispersan. Se retiran del lugar.
Pero eso solo era el principio. El principio del enfrentamiento contra un enemigo casi indestructible.
Vieron brotar de la oscuridad a una extraña figura sin piernas que brillaba. Su cabeza era similar a la de un perro. Tenía un collar, brazaletes, y un cinturón. Las tres cosas eran de oro.
No parecía muy fuerte, pero su simple presencia provocaba una sensación.
El miedo.
Flotaba cerca de ellos y los miraba fijamente.
-¡Vean eso!-dijo Cherry.
-Ese es... el Anubis alien-dijo Darkblack.
Un extraño resplandor ocupó la mano de ese extraño ser.
-¡Dispárenle!
Lo atacaron.
Ese salón se estremeció por un fuerte temblor.
-¿Un terremoto?
Lo atacaron como pudieron. No parecía afectarle nada de lo que le hacían.
Teras perdió el conocimiento y lo último que sintió antes de desvanecerse fue una fuerte luz encandilándolo.
Todos observaron el lugar. Las paredes y pilares repletas de jeroglíficos e imágenes de dioses de aquella antigua cultura.
Se veía solo una entrada de ese misterioso sitio.
Manza fue el primero que habló.
-Ah. Creo que nos mandaron un poco lejos, ¿no?
-¿Creen que realmente estamos en Egipto?-preguntó uno que llegó aquella noche a la habitación de la esfera negra. Se hacia llamar Kakashi.
-No lo sé. Olvidé mi gps en casa.
Un comentario que causo muchas risas entre aquellos guerreros.
Hack le dio un golpe a uno de sus compañeros, el cual la había tocado donde la espalda dejaba de ser espalda. XD
Aquel extraño gantzer, que en ese momento tenía el cabello de un color rojizo, le sonrió de forma pervertida.
-Bien que te gustó, perra.
Darkblack observó aquella situación sorprendido.
-Pero... ¿A ese qué le pasó?
-Es otra de sus personalidades. Le cambia el color de cabello cuando cambia.
Teras, dominado en ese momento por su personalidad pervertida, dejó de intentar tocar a su compañera. Pero siguió mirándola, lo cual la incomodaba mucho.
Alex miró a su compañero.
-¡Hace el favor de comportarte! No perdamos más tiempo. Entremos a ese templo.
Escucharon unas voces.
-¡No se los permitiremos!
Los gantzers que iban al frente retrocedieron al ser atacados por dos extraños individuos que aparecieron de repente. No vieron de donde salieron. Se movían muy rápido. Solo pudieron verlos bien cuando se detuvieron.
Eran dos hombres. Ambos estaban vestidos con una especie de falda blanca y llevaban sobre la cabeza un gorro que solo dejaba a la vista sus rostros. Estaban armados con una pequeña hoz y un escudo.
-¡Retírense o nunca! Tienen un minuto para irse antes de que los cortemos en pedazos.
Los revisaron utilizando las x-gun.
Teras se adelantó y les habló a esos enemigos.
-¡Nada de eso! Vamos a matarlos y después voy a volver a casa para comer papas fritas.
-¿Qué dijo?-preguntó Sunshiro Kimaru sin terminar de creer que lo que a su compañero se le ocurrió decir en un momento así.
Esos extraños guardias atacaron a los gantzers. No eran muy fuertes, pero se movían muy rápido.
Todos decidieron utilizar las katanas para defenderse. Era imposible acertar un disparo contra enemigos de esa clase.
-¡Dividámonos en dos grupos! Que cada cual se ocupe de uno.
Escucharon la voz del líder del grupo.
Teras fue con el grupo en que estaba Hack. Su lado pervertido de rojos cabellos aún lo dominaba. Pero no pensaba solo en eso. Pensaba en una forma de destruir a esos aliens.
Era capaz de ver bien los movimientos del guardia al que enfrentaba su grupo.
-¡No se separen! Cuando se acerque lo atacamos todos juntos.
El gantzer de multiples personalidades se apartó de los demás.
-Vas a morir, idiota-le dijo Shred, quien estaba como siempre con la ropa sobre el traje. La capucha cubriendo su rostro.
-¡El que va a morir es este bicho!
Lo vio acercándose portando su escudo y su hoz. Esquivó su ataque y puso un pie frente a él para que tropezará.
El alien cayó soltando su escudo.
-¡Ahora!
Fue Link el que le cortó la cabeza a ese misterioso ser.
Pero no terminó ahí.
Una extraña criatura similar a una sanguijuela salió de ese cuerpo sin cabeza desgarrando el pecho. Y atacó al gantzer más cercano.
Link terminó el trabajo poniéndole fin a la vida de ese parasito.
El otro grupo se encargó del alien restante.
Manza fue quien lo destruyó.
Algunos miraron a Teras.
Fue a Gibiky quien se animó a preguntarle.
-¿Cómo pudiste hacer eso?
El pervertido Teras se rió.
-Fácil. Lo que para ustedes pasa rapidísimo para mi va en camara lenta. Mi visión me lo permite. También me sirve para detectar cada movimiento del lindo trasero de Hack cuando camino detrás de ella.-Miró a la gantzer que nombró y le tiró un beso-. Sí. Hablo de ti preciosa.
-¡Sigamos adelante!
Fueron al interior de ese templo. Pasaron por un largo y oscuro pasillo cuyas paredes eran similares a las del exterior. Llegaron hasta lo que parecía un amplio salón. Estaba iluminado por unas antorchas que estaban colgadas de las paredes. Había un camino de piedra que conducía directamente hacia un trono que ocupaba una persona. El resto del suelo solo era arena.
-Vamos por el camino-dijo Alex King-. No pisen la arena. Por alguna razón no me parece que sea seguro.
-¿Quién será?-se preguntó Martín mirando hacia donde estaba el trono.
Aún estaban lejos. No podían ver bien a aquella persona, alien, o lo que fuera.
Avanzaron cuidadosamente mirando a su alrededor.
Una mujer de piel morena que tenía unas extrañas marcas de color rojo en el cuerpo ocupaba el trono. Les habló a los gantzers.
-¿Quiénes son y por qué han venido hasta aquí para atacarnos? ¿Acaso no temen morir?
-¡Silencio!
Kakashi se adelantó y empezó a atacarla. Le disparó con su x-rifle.
-¡Espera!-le gritó Alex King.
Pero los disparos de esa arma no afectaron a esa extraña mujer. La cual demostró con la expresión de su rostro su enfado por ese sorpresivo ataque. De su cuerpo empezaron a salir unos insectos.
No solo de ella.
Miraron alrededor.
Esos mismos insectos salían de la arena, de huecos que había en las paredes, por el pasillo por el que habían llegado a ese lugar.
Estaban rodeados.
-Me gustan las chicas atractivas-dijo Teras-. Si tienen buena higiene mejor. Está llena de bichos.
La inmediata reacción de la mayoría fue defenderse. Frenar el avance de los insectos y atacar a la mujer.
Las antorchas en las paredes se apagaron.
Alex King trataba de detenerlos para tratar de razonar con la mujer del trono. Le resultaba extraño que un alien les hablara en su mismo idioma. Pensaba que tal vez podrían descubrir algo relacionado con la situación en que se encontraban todos ellos.
Pero no hubo más tiempo para intentar algo que no fuera hacer lo mejor para defenderse.
Los insectos llenaron el lugar.
La mujer desapareció.
Se escuchaban los gritos. Las katanas cortando el aire. El efecto de los disparos de las armas.
Finalmente la pesadilla parece terminar cuando los insectos se dispersan. Se retiran del lugar.
Pero eso solo era el principio. El principio del enfrentamiento contra un enemigo casi indestructible.
Vieron brotar de la oscuridad a una extraña figura sin piernas que brillaba. Su cabeza era similar a la de un perro. Tenía un collar, brazaletes, y un cinturón. Las tres cosas eran de oro.
No parecía muy fuerte, pero su simple presencia provocaba una sensación.
El miedo.
Flotaba cerca de ellos y los miraba fijamente.
-¡Vean eso!-dijo Cherry.
-Ese es... el Anubis alien-dijo Darkblack.
Un extraño resplandor ocupó la mano de ese extraño ser.
-¡Dispárenle!
Lo atacaron.
Ese salón se estremeció por un fuerte temblor.
-¿Un terremoto?
Lo atacaron como pudieron. No parecía afectarle nada de lo que le hacían.
Teras perdió el conocimiento y lo último que sintió antes de desvanecerse fue una fuerte luz encandilándolo.
Última edición por Teras el Mar Ene 03, 2012 1:16 pm, editado 1 vez (Razón : n_n)