Capítulo 16 El mundo de los espíritus
- Spoiler:
- Las balaceras resonaban a todo volumen en las calles de Ba-Sing-Se, la confrontación se había extendido no solo a la avenida principal también a las calles adjuntas y a las avenidas secundarias de la gran ciudad.
Los rebeldes y los resurgistas estaban divididos en varios equipos, quienes se encargaba de rescatar a los civiles, quienes se encargaban de curar a los heridos, quienes se encargaban de dispararles balas y elementos a los soldados y a los granaderos y por último los que se dedicaban a apagar los incendios provocados por la revuelta.
Los disparos resonaban junto con los gritos de los muertos y los heridos que caían en la calle, una mujer fue levantada de entre los escombros de una casa muy pequeña y era llevada para ser atendida en la oficina de correos que era el lugar donde se había asentado el siguiente hospital.
-¡mis niñas , mis niñas- gritaba la señora
Shiori que había pedido ayuda para que se llevaran cargando a la señora se dio la vuelta y usando su tierra control hizo levitar la fachada de la casa casi en ruinas, la chica pasó al interior que parecía estar en buen estado, no podía detenerse y quedarse mucho tiempo ahí, la joven pasó hacia la cocina y subió al piso de arriba donde pasó a la única habitación donde estaban dormidas dos pequeñas niñas.
Shiori agarró a ambas niñas, una en cada brazo y paso corriendo hacia la salida del edificio, lo más rápido que pudo, cuando llego a las calles la chica corrió hacia la oficina de correos, con ambas bebitas en sus brazos.
Shiori cuando llego pasó los siguientes veinte minutos buscando a la mujer que era la madre de esas niñas, fue hasta que revisó el depósito, cuando las encontró.
Shiori dejo a las niñas dormidas al lado de la mujer que estaba muy alterada.
Cuando la mujer vio a sus niñas por fin se relajó y dejó que los doctores por fin la atendieran.
-están completamente a salvo-
Shiori se alejó un poco del depósito cuando los doctores fueron a revisar a la mujer, la verdad Shiori sentía una sensación de alegría y de calidad en su cuerpo, sensación que hacía años que no sentía, desde que era muy pequeña.
-¡Shiori!- grito alguien
-me gritó en el oído-reclamo un civil que tenía el brazo roto
-lo siento, ¡Shiori!-grito de nuevo
Se trataba de Ken que ahora un soldado había recibido órdenes de buscar a Shiori.
La chica pasó entre la gente que corría de un lado a otro para acercarse a quien lo llamaba.
-¿Qué sucede?-preguntó la chica
-el comandante Koga quiere verte dice que es algo urgente, debes volver a la central- le dijo Ken.
-¿es en serio?, ¿quieren que vuelva a la central en plena batalla?-
-si así es Shiori y debe ser ahora-
La chica golpeó su rostro suavemente la verdad era increíble como ese hombre intervenía con cada estupidez cada vez que hacían un progreso muy significativo.
-denme una radio yo quiero quedarme-replicó la chica
-creo que el comandante recibió órdenes del señor del fuego
Shiori no podía creerlo, otro obstáculo más, siempre en batallas y muchas veces la interrumpían, ni un solo día de descanso y pese a que ya tenían al avatar la seguían molestando.
-muy bien voy de una buena vez- respondió la chica de malas
Shiori salió de la oficina de correos intentando no mirar a toda la gente, cosa que no fue muy difícil cuando vio a un niño de unos cinco años llorando mientras que una maestra agua intentaba curare una herida en sus manos.
Shiori llego hasta dos camionetas negras e3n cuyas puertas tenían el escudo nacional de la nación del fuego donde la esperaban una docena de guardias vestidos de ejecutivos.
Shiori se metió en la primera camioneta y está comenzó a rodar una vez que los guardias entraron.
Después del viaje en camioneta que salió de Ba-Sing-Se la chica bajo de ella y subió a un helicóptero de la nación del fuego y este voló en dirección hacia el sur.
-¿Van a decirme que sucedió?-preguntó la chica malhumorada dos horas después de que el helicóptero emprendió el vuelo.
No hubo respuesta era de esperarse, cosa que a Shiori no le sorprendía casi toda su vida era enterarse de las cosas hasta el final.
El helicóptero aterrizó en una plataforma especial ubicada en lo que podría llamarse una base para el frente de la batalla, no era una zona de concreto pero habían usado puntura blanca para mostrar donde podían aterrizar los helicópteros.
Shiori bajo de mala gana y camino siendo escoltada por sus guardias hasta que llegaron a unas tiendas de acampar ubicadas en toda una zona de praderas y bosques en una zona muy alejada de cualquier ciudad o pueblo habitado lo que volvía conveniente para ubicar ese campamento.
Shiori camino a paso duro hacia la tienda donde el comandante Kagi estaba discutiendo la estrategia de guerra con una media docena de capitanes y tenientes.
-me quería ver comandante- gruño Shiori sin importarle interrumpir la reunión de tácticas de guerra.
-discúlpenme caballeros necesito entablar una conversación importante- respondió el comandante y los demás oficiales al mando dejaron la tienda después de guardar los archivos en sobres.
-me alegra que haya decidido venir avatar Shiori- respondió el hombre.
-guárdese el avatar ya que usted ya sabe que no lo soy- respondió Shiori de manera agresiva
-sabe normalmente al soldado que responde de esa manera tan poco educada le toca un castigo ejemplar, pero a veces olvido que usted no ha recibido una formación militar- dijo el hombre cercano a los cuarenta años con largas patillas bastante mal rasuradas.
Shiori detestaba a aquel hombre desde que la seleccionaron para hacer de avatar ese hombre la mantenía siempre vigilada, rodeada de soldados y agentes, no podía hacer nada sin que ese detestable sujeto lo supera, y su físico lo hacía parecer mucho peor, su calva cabeza, Shiori no sabía decidirse si se le había caído el cabello o si se lo rapaba a diario.
-bueno seguro que mi formación militar no tiene importancia, me mandó llamar de una batalla decisiva como para que-
El hombre arto del comportamiento de esa joven mujer y de querer golpearla respiro profundamente antes de hablarle.
-recibí un informe de la nación del fuego, su padre Satoshi acaba de escapar y se ha encerrado en el mundo de los espíritus- le dijo el comandante Kagi mientras sacaba un sobre y se lo pasaba a Shiori.
-tengo órdenes de resguardarla, su padre sigue en un estado de inestabilidad mental y es peligroso-
Shiori sin perder la calma y sin entender por qué retirarla del frente, si su padre estaba en el mundo de los espíritus entonces un campo de batalla es el último lugar donde iría a buscarla.
-el señor del fuego ha dictaminado que lo mejor es eliminar a su padre señorita y usted es la única con el poder.
-¿de qué habla?, mi padre es el avatar oscuro, yo no soy el avatar luminoso, no puedo enfrentarlo, ¿por qué no llaman al verdadero avatar para que luche contra el?-
-son órdenes de arriba-
Shiori respiró profundamente iba a cometer una locura pero aun si su padre era el avatar oscuro no sería tan difícil, en lo personal su padre era peor que el hombre que tenía enfrente.
-está bien hare lo que pueda- respondió la chica- pero si está encerrado en el mundo de los espíritus, no podré abrir el portal-
-para eso señorita deberá usar el tercer portal, ese está abierto.
Shiori volvió a salir en helicóptero, en el mismo helicóptero al cuál le pusieron un parche con otro registro para que pasara inadvertido ante el ejército igualitario
El helicóptero aterrizó en uno de los edificios que se encontraban a la mitad de la ciudad, era el edificio más alto de todo el mundo con más de cien pisos de altura.
La chica bajo del helicóptero y entro acompañada por dos guardias a la puerta.
Se trataba de un edificio en las afueras de la ciudad, nadie lo podía ver ya que estaba rodeado por dos acantilados casi artificiales ya que fue construido por maestros tierra, solo un puñado de gente sabía de su existencia.
Era un edificio hueco en su totalidad, dentro de el se encontraba el portal central que Avatar Korra había creado.
Shiori bajo junto con sus guardias hasta el piso de abajo donde la enorme burbuja verde daba vida al rayo de luz que ascendía.
-tenemos órdenes de acompañarla señorita- dijo el guardia.
Shiori miro a ambos guardias que podrían ser soldados pero a ella no le importaban.
-¿son maestros para empezar?-preguntó al chica.
-si ambos maestros fuego y también vendrá un equipo de élite- dijo el más alto de los guardias.
En ese momento se abrieron las puertas de metal de la planta baja y entro un equipo de unos veinte soldados uniformados de color negro, con chalecos anti balas, cascos, rodilleras, coderas, cinturones con armas.
-señorita Shiori soy el teniente Walter, fuimos asignados para la captura y eliminación del avatar oscuro- dijo el soldado.
-entendido teniente, prepárense de una vez está misión podría durar días.
- Spoiler:
Ya había anochecido en el templo aire del centro, Burai harto de su enésima derrota y de las burlas decidió entrenar hasta tarde aunque aún agotado por tanto entrenamiento y los castigos también ayudaron
Burai se puso en posición y golpeó el aire gritando varias veces aire control, aire control, pero de sus manos no salía nada.
Burai lo intentó muchas veces habían pasado cuatro días desde que había lanzado esa ráfaga de aire control, rumor que se expandió por todo el templo y sus maestros de aire comenzaron a exigirle más en especial el maestro Haku, el encargado del entrenamiento de combate cuerpo a cuerpo que siempre lo ponía con el pupilo más débil, ahora lo ponía a entrenar con él, convirtiendo a Burai en un saco de boxeo.
-¡cual es el problema!-gritó el chico enfurecido.
Como había pasado, algo debió haber hecho, pero como saberlo necesitaba respuestas y conseguir hacer aire control otra vez.
Unas gruesas gotas de sudor salieron de la frente de Burai, el chico se limpió la frente con la manga, no podía ser que le ocurriera eso.
Que tenía que hacer, tenía un maestro no varios maestros pero nadie entendía como se sentía, ni como era en verdad ser el avatar y eso intrigaba a Burai como rayos ser el avatar, sabía por los nómadas aire que le habían contado cosas que el avatar debía ser guiado por su vida pasada, pero nunca había sido guiados por nada ni por nadie, bueno se suponía que al entrenar el poder espiritual en automático tendría contacto con sus vidas pasadas, pero semanas y no había tenido ningún tipo de contacto.
Después de cenar Burai fue el primero en irse a dormir, la verdad no tenía muchas ganas de hablar con nadie, en especial con la batalla de ese día que volvió a perder.
Burai se acostó en el piso en su habitación un rectángulo de tres metros de largo por dos de ancho por dos de alto.
Burai se recostó en la cama mirando hacia arriba, le gustaría tanto quedarse a dormir con Argus como a veces lo había hecho en la tribu de los guerreros, pero ahí lo prohibían de manera tan explícita que penas podía jugar con él.
Aún faltaban varios minutos antes del toque de queda, Burai se puso de pie, y fue hacia sus cosas que mantenía escondidas, se supone que no podía tener posesiones terrenales de otros lugares, con excepción de la ropa, pero Burai como dormía en el piso de abajo pudo usar tierra control y cavar un agujero en el piso y esconder ahí algunas cosas.
De todo lo que se había llevado de su casa y de la cueva en su casa, las historietas, los posters de luchadores de tierra suprema, las revistas de ejercicios de tierra control, el poster con el blanco giratorio para practicar lanzada de tierra control y lanzar dardos contra la pared, se quedaron en la moto que seguramente alguien ya había encontrado en las calles y ya no tenía nada.
De su casa cuando fue a rescatar a su familia había recuperado el manual ilustrado de tierra control de su padre y una foto en blanco y negro de el.
Burai cada noche aprovechaba para leerlo, no todo pero si en partes, la verdad Burai agradecería tener todas sus cosas que perdió y otras que dejó en la cueva, quizás algún día podría volver por ellas y quizás recuperar la moto.
Burai se quedó leyendo ese libro pensando en ese mercenario Albert Lars que lo identifico enseguida.
La lectura de ese libro sí que era difícil con tanto en la mente, debía despejarla, quizás sería mejor dejar la lectura de ese libro para otro día.
Burai apago la lámpara de aceite y con el cuarto casi por completo a oscuras, la única luz que había provenía de un rayo de luz que lo alumbraba por un pequeño agujero que venía de la pared.
El rayo azul de la luna indicaba que había luna llena, vaya al menos la niebla que rodeaba a la isla estaba baja.
Burai extendió la sábana en el piso para poder sentarse sin sentir frío.
El chico necesitaba concentrarse y despejar su mente, como le habían dicho, ah si poner su mente en blanco mientras se concentraba en un punto medio en su frente, como Burai todavía no dominaba eso, colocó una cinta adhesiva en un pedazo de papel y lo colocó en la mitad de la frente.
Se trataba de un truco que vio en la televisión ahora tenía un punto en el cuál concentrarse.
Burai dejó la cinta adhesiva a un lado en el piso y se sentó en el poniendo los pies encima de sus piernas.
Junto sus manos al revés, no palma contra palma si no que juntando la parte opuesta a las palmas una contra la otra.
El chico cerró los ojos mientras contaba del cero hasta el diez una y otra vez mientras hacía fuertes respiraciones e intentaba dejar su mente en blanco.
El lugar estaba oscuro apenas se podía distinguir algo, enfrente del se encontraba media docenas de personas que le apuntaban con rifles de asalto.
-ríndete le ordenaban los armados-
-denme su mejor tiro- respondió Burai
Lo soldados que parecían tener rasguños, hilos de sangre corriendo por sus cuerpos, y pedazos de prendas que habían sido removidos por lo que parecían ser garras y colmillos dispararon con sus armas.
Burai levantó los brazos para hacer salir una barrera de tierra control, la barrera lo protegió por completo de los disparos.
Burai retiro la barrera una vez que se les acabaron las balas a los soldados…
Se escucharon las risas de un bebé a lo lejos mientras que enfrente de el una mujer era sometida por unos soldados…
Burai saltaba entre los soldados usando fuego y aire control para derribarlos, daba patadas, golpes y brincos en el air, derribando a esos soldados…
-ven aquí campeón- dijo un hombre joven que estaba enfrente de él y lo levantaba en lo alto…
Ahora se encontraba en un pasillo gris muy amplio se encontraba encerrado de manera inhumana en una jaula para perros, mientras escuchaba a una mujer llorando.
-por favor señor a tiene que comprender, su hijo es peligroso, tenemos que tomar posesión sobre el- dijo una mujer madera.
-¿avatar Korra no puede evitarlo?-preguntó la madre del niño…
Los llantos de una bebita opacaron los grito de dolor de una mujer y de un hombre agarrando a su hija recién nacida.
-quedamos que se llamaría Shiori- dijo la voz del hombre…
Shiori estaba de pie enfrente de el en aquel lugar sombrío y oscuro en donde el cielo parecía ser infinito, la pobre tenía rasguños y heridas sangrantes.
-te hace falta mucho para ser el avatar hija mía- dijo Burai…
Los llantos de Burai retumbaban en la casa mientras que unos soldados del reino tierra rodeaban la casa, le disparaban al padre con un dardo para dejarlo medio inconsciente y derribaron a la madre contra el piso.
-llévensela a prisión- ordenó el capitán
-¿Quiénes son ustedes?-preguntó la mujer.
-somos soldados de la división de seguridad nacional del reino tierra- dijo el hombre sacando una hoja impresa –y teneos una orden para tomar posesión sobre el niño.
-¡ni piensen en llevarse a Burai!- gritó el padre
-no lo estamos pensando, lo estamos haciendo- dijo el capitán agarrando al niño que estaba en la cuna, despierto mientras lloraba.
-¿por qué se lo llevan?-preguntó la mujer
-creemos que es el avatar-respondió el capitán
-no se sientan tan mal de todas formas la policía local iba a quitarles al niño por posesión de sustancias ilegales-añadió otro de los soldados.
Shiori se encontraba arrodillada en el piso acaba de ser derrotada y en se momento su padre Satoshi, se acercaba hacia el.
Burai atravesó de la boca de Satoshi se acercaba ella riéndose.
-esperaba más de ti…, pero ahora es tiempo de que Ravva vuelva a ser parte de mi…
Burai en el cuerpo de Satoshi entró en estado avatar.
Burai abrió los ojos que le brillaron por varios segundos antes de que volvieran a la normalidad antes de que se diera cuenta de que entró en estado avatar.
- Spoiler:
- -¡Luten… Shiori…!
Burai se levantó de golpe, algo le había pasado por unos segundos, no comprendía que le pasaba, había soñado con Shiori y había tenido unos sueños como si fueran sus propios recuerdos o los recuerdos de sus antepasados o sea lo que sea que le ocurrió, pero estaba seguro de que Shiori estaba en peligro real.
Burai paso corriendo sin importarle el toque de queda además de que las luces ya estaban apagadas.
Burai alió de la torre donde dormían los aprendices y paso corriendo hacia la torre donde dormían los maestros, debía ayudar a Shiori, como hacerlo entrando en el mundo de los espíritus.
Burai entró a la otra torre y subió hacia el tercer piso hasta la última puerta donde dormía el gran sabio.
Burai aporreo la puerta sin detenerse a pensar en lo mucho que sudaba.
Burai aporreo la puerta no una muchas veces como desesperado, no creía enserio que el maestro estuviera muy dormido ya que debía dormir poco.
-gran sabio por favor ábrame-
En ese momento el sabio abrió la puerta, para sorpresa de Burai este no mostraba ni rastro de sueño o cansancio.
-oh ya se que quieres… dijo mostrando una sonrisa
Por un segundo a Burai se le dibujo una sonrisa parecía que entendía su situación
-simple lo que quieres es la revancha no puedes esperar a intentar recuperar tu honor.
Burai se quedó con la boca abierta la verdad no esperaba una respuesta así de tonta, estaba claro que no le interesaba el intentar no ser humillado por el gran sabio.
-no… no señor mire yo…. tuve un sueño y Shiori va a morir, su padre le quitará algo y tomaron posesión de un bebé y el avatar Korra arrestaba a alguien por ser peligroso…-Comenzó a decir el chico mientras el gran sabio levantó la mano para detener la apresurada charla de Burai.
-chico si querías una excusa para pasearte de noche no es necesario que vengas a fingir que me retas a un duelo, ahora habla más despacio y límpiate el sudor -
-no señor…. Disculpe…-Burai se limpió el sudor que no había detectado con la manga, después respiro profundamente para poder hablar bien.
-me puse a meditar en silencio, me quede dormido, tuve una visión, vi a Shiori a la chica de la nación del fuego que se hace pasar por el avatar y ella estaba luchando contra su padre y corre peligro, tengo que entrar al mundo de los espíritus para ayudarla.
-con tu nivel tan bajo eso te será casi imposible, pero si por tu propia cuenta tuviste una visión quiere decir que en parte has progresado, solo dame unos minutos debo sacar algunas cosas
El gran sabio salió de su habitación y salió de la torre con Burai siguiéndolo, el sabio lo guio hacia la biblioteca donde saco unos pergaminos y una vela dorada, después lo guio hacia una pequeña colina apartada donde había una choza con un templo más pequeño.
Burai y el sabio descendieron por la montaña apenas unos metros hasta llegar a ese templo techado, de penas unos ocho metros de diámetro.
No estaba hecho de concreto parecía ser de roca, cuando Burai caminaba por el se sentía extraño y no podía evitar preguntarse cuanto tiempo pasaría antes de que todavía pudiera rescatar a Shiori.
El gran sabio con una molestia paciencia se sentó en medio de ese templo, el piso tenía grabados unos círculos.
-este lugar Burai es un antiguo santuario de más de mil años de existencia, aquí los sabios del aire se han juntado a meditar durante siglos e incluso no uno varios avatares se han puesto a meditar en este sitio, es tu turno ahora, tu entrenamiento no ha dado frutos, de hecho va en picada hacia abajo, pero tuviste una misión y eso te puede ayudar.
El gran sabio se dio la vuelta y se sentó en cunclillas como lo hacían los maestros aire para meditar, Burai no muy seguro se sentó también justo enfrente del gran sabio, su corazón latía con intensidad mientras que se ponía a respirar profundamente.
El gran sabio le encendió la mecha de la vela usando unas cajas con unos cerillos de madera.
-Ahora intenta seguir mis indicaciones, mantén tu mente lo más relajada posible concéntrate y mantenla en blanco.
Con tanta adrenalina que Burai tenía era difícil concentrarse, en mantenerse calmado y concentrado mientras daba profundas respiraciones.
-ahora concentra tu mirada por completo en la luz de la vela deja que sus aromas entren por tu nariz-
Burai fijo la vista en la llama de aquella vela dorada y como está alumbraba con tanta fuerza todo el circulo de meditación en donde estaban sentados.
Burai comenzó a cerrar lentamente los ojos, por un segundo el chico creyó que los seguía teniendo abiertos ya que la luz de la vela atravesaba sus pupilas y era como verla con los ojos abiertos.
De la vela dorada comenzó a salir un olor suave que entró por la nariz de Burai hasta sus pulmones provocando que la adrenalina que lo invadía poco a poco disminuyera y comenzara a relajarse.
-relájate déjate llevar respira profundamente y concéntrate dejando tu mente en blanco y contaremos hasta diez, una vez que lleguemos a Diez abre los ojos.
-si- respondió el chico
- Spoiler:
- El sabio comenzó a contar desde el uno hasta el diez en cada número él y Burai respiraban profundamente en cada número que el sabio avanzaba.
-diez…
Burai sintió como un pulso de energía muy cálida entró por su nariz y avanzó por todo su cuerpo, este comenzó a perder peso, el piso se alejaba de su cuerpo como si estuviera flotando y luego sintió que volvió a sentir la tierra, se respiraba un aire diferente y el sonido del remolino que cubría el templo desapareció junto con la luz de la vela
-ya puedes abrir los ojos- dijo el gran sabio
Burai abrió los ojos lentamente, la luz había desaparecido casi por completo, enfrente de Burai se encontraba el gran sabio, el chico volteo a ver lo que había a su alrededor.
Se encontraba lo que parecía ser una especie de bosque con los árboles de tronco muy grueso y de color negro, sus ramas tremendamente torcidas daban la impresión de que eran muy viejos, a los lejos se escuchaba el ulular unos búhos y cerca de ahí brillaban unas llamas verdes como el fuego que lanzaba Burai.
-bienvenido, peor no te asustes como es de noche es normal que este lugar se vea así pero si hubiéramos entrado a medio día podríamos tomar él te con mucha tranquilidad-
El gran sabio se puso de pie y Burai lo imitó, era extraño como si el viento no soplara, sentía algo raro era como una especie de felicidad ya que pudo entrar al mundo de los espíritus significaba que había progresado en su camino de avatar.
Pero ese lugar no se parecía al lugar donde estaba Shiori y eso podría estar a kilómetros de distancia.
-bien es hora de movernos, creo que debemos ir a los portales, cierto… en el polo norte así que-
Burai se puso en posición para mover una plataforma de tierra control y llegar ahí lo más rápido posible, movió sus brazos y su juego de piernas pero no pasó nada.
-¿Qué?-
-en este mundo no puedes usar tus controles y yo no puedo usar los míos.
-¿por qué no me lo dijo?-preguntó Burai dando puñetazos al aire para ver si era verdad que tampoco sacaría fuego control.
-pensé que lo sabías- respondió el sabio
Eso no podía ser entonces no podría usar sus controles y no tenía con que ayudar a Shiori, habían perdido el tiempo.
-tranquilo, ven con migo conozco la forma en cómo puedes ayudar a tu novia-
-no es mi…
-tu deseo terrenal, eso te dará un problema algún día
Comenzaron a andar por el bosque, Burai no entendía como podría ayudar a Shiori sin sus controles, pero el sabio con total tranquilidad caminaba por el bosque, que querría mostrarle, quizás alguna manera de si poder usar sus controles, eso sería genial entre ambos podrían salvar a Shiori.
-¿A dónde vamos?-
-a que conozcas a quien guiará tu travesía-respondió el monje
Burai se detuvo en seco a quien lo guiaría, no podría ser entonces conocería a Korra por fin, entonces ella podría guiarlo y ayudarlo para salvar a Shiori.
-de verdad por fin veré a Korra-
-ya llegamos- dijo el gran sabio segundos después
Burai estaba conmocionado lo primero que esperaba ver era al espíritu de Korra frente a él pero en su lugar se encontraba el final del bosque y un pequeño lago o poza, donde en el centro se encontraba lo que parecía ser una isla de tres metros de diámetro.
-¿Qué es este lugar?
-donde te encontrarás con Korra, eso creo- el monje volteo a ver la cara de decepción de Burai- nunca he estado aquí así que no estoy seguro, pero deberías bajar a ver y llamar a Korra.
Burai no estaba muy seguro de que esto funcionaría aunque si el gran sabio se lo decía podría funcionar, bueno ya estaban ambos en el mundo de los espíritus que podrían perder.
Burai se lanzó al agua, esperando terminar completamente sumergido y tener que nadar pero el agua apenas le alcanzaba los tobillos, así que el chico caminó hacia la isla y una vez que estuvo de pie en ella.
-¿ahora que hago?-
-intenta primero llamarla, si no funciona intenta meditando-le respondió el gran Sabio mientras se sentaba en la orilla.
Burai de pie justo en la pequeña isla miro a todos lados, de verdad se sentía idiota o cabeza hueca muy cabeza hueca.
-Korra…¡avatar Korra por favor ven a mi!...- no pasó nada- ¡avatar Korra ayúdame en mi camino!...¡tráeme tu sabiduría!...-
Era obvio que no pasaría nada, así que Burai se sentó en el piso y comenzó a meditar como le había indicado el gran sabio, siempre tenía que ser de esta manera.
Burai se sentó en la misma forma para meditar, sonaba estúpido pensar que debía meditar dos veces al mismo tiempo para algo tan simple.
Burai respiro una vez más quizás los aromas de esa vela seguían haciendo efecto en el.
-avatar Korra… avatar Korra… ven necesito de tu guía-
Burai tenía cerrados los ojos, y meditaba el gran sabio se había quedado callado desde hacía un buen rato.
-Korra… Korra
El viento comenzó a cambiar lentamente y enfrente de Burai comenzó a sentirse una sensación muy extraña, era como si las vibraciones de la tierra se metieran en su cuerpo y rezumbaran en todo lo que había alrededor, haciéndose cada vez más y más fuertes hasta que Burai sintió que había alguien más enfrente de el.
Burai abrió los ojos ya era hora, por fin vería a Korra y podría salvar a Shiori.
- Spoiler:
- Cuando Burai abrió los ojos vio una figura que al principio no comprendió, enfrente de él se encontraba sentado un hombre de avanzada edad, el chico pensaba en eso debido a las marcas en su rostro que indicaban su avanzada edad, una barba que parecía recién rasurada cuyas raíces grises tardarían en salir, su barba de algo salida y partida por en medio , sus lentes enorme y casi redondos, también por su cabello este era lacio medio corto peinado de lado con una línea perfectamente recta ubicada en la parte izquierda de su cabeza, a la derecha de Burai, el cabello ya canoso por los lados y por arriba de su cabeza, aunque en la parte de arriba se podía apreciar algunos cabellos de color marrón.
El hombre tenía una expresión muy seria en su cara, este miraba fijamente a Burai mientras que el chico lo examinaba, sus ropas, botas militares, pantalones negros, un suéter o chaleco de color gris muy oscuro que estaba debajo de una toga de lana de color negra.
-¿vas a estar ahí todo el día o qué?-preguntó con brusquedad el hombre.
Burai no entendía lo que pasaba, y quien era ese hombre, la vista de Burai paso de la cara a ese hombre hacia donde estaba el gran sabio, pero este se había ido.
-Gran Sabio…
Burai se puso de pie de golpe y con la mirada comenzó a buscar al gran sabio alrededor de toda la orilla del lago y también del otro lado pero no había nadie.
-si buscas al viejo este desapareció hace unos segundos sin saber por qué-le dijo la voz brusca y fuerte de aquel anciano que había aparecido.
-¿Quién eres tú? o ¿Cómo te llamas?-preguntó Burai
-mi nombre no tiene relevancia ahora- respondió aquel hombre poniéndose de pie.
Burai se sorprendió bastante aquel hombre era bastante más alto que él debía medir su buen metro ochenta centímetros de alto.
Burai nunca había visto a un espíritu así quizás solo era el espíritu de un anciano que pasaba por ahí y quería conocer al avatar.
-disculpa si es irrelevante, entonces con permiso tengo que encontrarme con Korra- respondió Burai
El anciano estiró los brazos y puso sus manos en los hombros de Burai sin dejar de lado su cara de malos amigos que tenía.
-Avatar Korra no vendrá así que vine a ayudarte-
Burai no comprendió que Korra no vendría pero si ese desconocido, pero quien era y como sabía de Korra, podría ser uno de sus hijos quizás o de sus alumnos.
-¿Qué no quieres ayudar a Shiori?-preguntó al viejo.
-no tengo controles- respondió Burai
-no los necesitas… en este mundo y en esa forma eres mucho más poderoso- respondió el viejo- solo debes confiar en mi
Burai dio un tirón para que ese hombre lo soltara antes de que el chico retrocediera un paso hacia atrás.
-¿Cómo quieres que confíe si no me das tu nombre? ¿También como soy más poderos aquí -preguntó el chico
-porqué siendo el avatar… tienes a tu disposición este mundo y a sus habitantes.
En ese momento del fondo de lago comenzaron a salir múltiples espíritus de diferentes formas colores y tamaños todos mirando a Burai.
Burai se quedó impresionado de lo que pasaba nunca había pensado en que alguien fuera a seguirlo a una batalla solo por salvar a una persona.
-¿me seguirán?-preguntó Burai
-si lo haremos- dijo el espíritu del general Ihro.
-y yo también- dijo el hombre anciano
Burai no sabía si confiar en él o no, pero no tenía tiempo de perder debía salvar a Shiori cuanto antes.
-muy bien guíenme-les dijo Burai a los espíritus