―Vaya que ustedes si son débiles―
Dakota, tan escurridiza, tan misteriosa. Poco se sabía de esta mujer, y por supuesto había cosas, que incluso ni sus personas más cercanas habían descubierto de ella. Como por ejemplo Baltazar, no sabía, los conocimientos oscuros que tenia esta mujer. Maestra en una de las artes más odiadas y temida por los humanos, mal vista ante los ojos de dios, solo admirada por aquellos que seguían las sendas de la oscuridad, la nigromancia, la rama de la magia negra que le permite controlar los cuerpos y almas de los muertos.
Si quería traer a la vida de nuevo a Baltazar, tendría que buscar el cuerpo mientras aun estuviese caliente, cuando la temperatura del cuerpo baja luego de dejar de bombear sangre es porque el alma se está separando del cuerpo, este proceso puede tardar media hora o menos, todo depende de la pureza de la persona.
Dakota como pudo se coló en el campo de batalla y tomo el cadáver de Baltazar, y lo llevo lo más lejos que pudo del enfrentamiento. Una vez fuera del alcance de cualquier golpe, le quito la camisa a Baltazar, saco de su bolso un tarro de barro que se encontraba lleno de cenizas de personas calcinadas, dibujo una especie de runa en forma de triangulo con sus dedos. Golpeo con la palma de la mano la figura, y fue levantando la mano poco a poco. Una especia de material salía del pecho y se pegaba en su mano, era como el humo del cigarro pero de un color verde que iluminaba el rostro de Dakota… Pero algo andaba mal
―Esto no es posible― Dijo sorprendida ―Esto no es necesario para reanimarlo…
El alma de Baltazar no era más grande que el tamaño de una pelota de baseball.
Con la mano que tenia libre dibujo un circulo con las cenizas, dentro de el hizo una estrella de David y puso en él un reloj de bolsillo que Redmon Necker le había regalado, pronuncio unas palabras en un idioma muy extraño y el alma de Baltazar fue entrando en el objeto.
Dakota estaba sudando, se encontraba preocupada ¿Y si Alessander no podía regresar al mundo de los vivos? Ahí fue cuando tuvo una idea… pero la idea se perdió cuando vio que uno de los gantzers que estaba en la misión la miraba con cara de susto.
―Mierda…― Murmuro
Dakota, tan escurridiza, tan misteriosa. Poco se sabía de esta mujer, y por supuesto había cosas, que incluso ni sus personas más cercanas habían descubierto de ella. Como por ejemplo Baltazar, no sabía, los conocimientos oscuros que tenia esta mujer. Maestra en una de las artes más odiadas y temida por los humanos, mal vista ante los ojos de dios, solo admirada por aquellos que seguían las sendas de la oscuridad, la nigromancia, la rama de la magia negra que le permite controlar los cuerpos y almas de los muertos.
Si quería traer a la vida de nuevo a Baltazar, tendría que buscar el cuerpo mientras aun estuviese caliente, cuando la temperatura del cuerpo baja luego de dejar de bombear sangre es porque el alma se está separando del cuerpo, este proceso puede tardar media hora o menos, todo depende de la pureza de la persona.
Dakota como pudo se coló en el campo de batalla y tomo el cadáver de Baltazar, y lo llevo lo más lejos que pudo del enfrentamiento. Una vez fuera del alcance de cualquier golpe, le quito la camisa a Baltazar, saco de su bolso un tarro de barro que se encontraba lleno de cenizas de personas calcinadas, dibujo una especie de runa en forma de triangulo con sus dedos. Golpeo con la palma de la mano la figura, y fue levantando la mano poco a poco. Una especia de material salía del pecho y se pegaba en su mano, era como el humo del cigarro pero de un color verde que iluminaba el rostro de Dakota… Pero algo andaba mal
―Esto no es posible― Dijo sorprendida ―Esto no es necesario para reanimarlo…
El alma de Baltazar no era más grande que el tamaño de una pelota de baseball.
Con la mano que tenia libre dibujo un circulo con las cenizas, dentro de el hizo una estrella de David y puso en él un reloj de bolsillo que Redmon Necker le había regalado, pronuncio unas palabras en un idioma muy extraño y el alma de Baltazar fue entrando en el objeto.
Dakota estaba sudando, se encontraba preocupada ¿Y si Alessander no podía regresar al mundo de los vivos? Ahí fue cuando tuvo una idea… pero la idea se perdió cuando vio que uno de los gantzers que estaba en la misión la miraba con cara de susto.
―Mierda…― Murmuro
Última edición por Dakota el Miér Mar 02, 2016 2:11 am, editado 1 vez