Diogo Rangel Dom Nov 08, 2015 1:22 amOpening
Capítulo 1 Carmesí
Me encuentro en el trabajo, me dedico a monitorear a mis trabajadores para saber quién si sabe vender y quién no, cuando me ascendió a este trabajo las cosas eran divertidas al principio pero después de tres semanas ósea hace un año se volvió un fastidio.
Es lunes y el último día de noviembre, pero este año se caracteriza bien porqué hace dos días murieron dos de mis subordinados, Fiona y Cristian en una batalla contra extraterrestres que eran estatuas de arte romano que eran demasiado fuertes.
La verdad ni sé que hago aquí, no espera ya sé hoy será día de pago entonces hoy debo cobrar la última vez que voy a cobrar la última vez que recibiré dinero y si sobrevivo tendré que cuidar a mi nueva familia.
Una vez que salgo de trabajar me dirijo hacia el gimnasio donde una vez más el entrenador me informa que dentro de dos semanas voy a tener una pelea y una bastante prometedora así que no tarda en ponerme al límite.
El letrero donde sale la fotografía de Teresa bajo el título de desaparecida, la verdad no sé si decirle a mi entrenador, el tío de Teresa que su sobrina está muerta, aunque ya no tengo la bomba que me prohibía hablar de Kuxtal y que ya hable con los padres de Diogo de lo que le pasó al clon de su hijo y no es la única familia a quienes tengo que darles explicaciones, los padres de Ricky y la familia de Isabel.
Termino de entrenar en el cuadrilátero cansado y con mucho sudor me doy un rápido baño en las regaderas, mientras escucho a dos novatos provocándose el uno al otro, terminó de bañarme y de vestirme y me retiro
Regreso al departamento donde vivo solo vivía con Diogo hasta hace unos días pero aunque Diogo casi no estuvo ahí se siente su ausencia.
Raquel está con sus padres, aún no les hemos dicho que está embarazada, si sobrevivimos se lo diremos, por ahora solo hay que esperar.
Enciendo el televisor para ver noticias pero no hay nada que indique que algo malo vaya a pasar, miro la puerta entre abierta de mi habitación ahí está mi traje negro junto con la motocicleta de una rueda que está en modo de transporte, la pistola hache, un rifle, dos pistolas una equis y una ye y al final una espada envainada, esperando el día de… bueno sea lo que sea que va a venir.
Llamo por teléfono a Raquel, hablamos por unos diez minutos al final le recuerdo que debemos estar listos y con los trajes puestos durante todo el día por si las dudas.
Al final cuelgo y le marco al celular de Diogo este no responde, Diogo no me ha llamado, espero que su padre no lo haya agarrado a nalgadas o a darle latigazos con el cinturón.
Después de colgar el teléfono suena y contesto, escucho a Diogo que se disculpa por no contestar, le preguntó cómo ha estado y el me dice que le tuvo que dar detalles a sus papás de lo que pasó en cada misión.
-¿de verdad te creyeron?-le preguntó
-les mostré el blog, las fotografías y un poco de información que Julián encontró por cierto ¿recuerdas aquel perro que vimos en la misión de Cabeza de vaca?-
-si lo recuerdo-
-bueno ese perro fue encontrado en Asia no se bien dónde pero los cazadores pelearon contra el lo derrotaron y ese perro al parecer no era un mutante es un Inugami o algo así.
-¿Qué es eso?-le preguntó.-
-en internet dice que es un espíritu animal en forma de perro-
Hace un año me hubiese sorprendido lo que dijo Diogo pero en este momento ciento que ya nada me sorprende.
-Diogo no quiero asustarte pero recuerda que mañana muy probablemente…
-lo sé pero ya estamos muertos no-
Cuando por fin dejo de hablar con Diogo por teléfono me preparo la cena y a dormir, casi la misma rutina de siempre, recuero que Gama no me ha contestado espero que este bien, me pregunto cuántos cazadores se habrán muerto el sábado y cuantos pudieron ser revividos.
Al día siguiente me pongo el traje por debajo de la ropa de trabajo, la ropa de vestir camisa blanca con pantalones de vestir y zapatos, odio esa ropa, llevo conmigo comida, ropa más cómoda, dinero, documentos en caso de necesitarlos lo cuál dudo y en una maleta enorme las armas, listo para todo.
Aún no ha amanecido llego al trabajo conduciendo con las armas dentro, me estacionó en mi lugar y comienzo un nuevo día intentando aparentar normalidad.
Amanece todo se ve normal entró a la zona de trabajo, mientras que los trabajadores del turno nocturno salen de trabajar y después entramos mi equipo de trabajo y yo, la verdad no sé si hoy será el último día de la tierra pero ni se han de imaginar cuantas ganas tengo de darles el día libre pagado.
Comenzamos a trabajar, como tengo dos vacantes que no serán cubiertas tengo que hacer llamadas también, al final vendo dos seguros antes de la hora del almuerzo.
Cuando salgo al comedor soy el primero en terminar, el comedor está techado pero es la parte donde más frío hace, veo a los empleados reírse de chistes o contando que tal sus últimas cinco ventas fallidas mientras que yo estoy al pendiente de dos cosas mi celular y mi reloj.
Cuando terminó de almorzar, veo a uno de los guardias de seguridad en la zona no techada del estacionamiento que está hablando por teléfono, me apetece hacerlo también.
Voy a la zona no techada dele estacionamiento, sacó el celular y le marco a Raquel, no contesta, lo intento dos veces más no contesta, bueno no esperaba que lo hiciera, ella también trabaja, miro la señal de mi celular tiene suficiente.
En ese momento siento una sensación muy incómoda es como si el viento se estuviese deteniendo, miro hacia arriba, al cielo azul pero hay algo raro el cielo azul comienza a desaparecer el azul ya no es el mismo de siempre, no se cuánto tiempo me la pasó viendo el cielo, pero ahora este cielo se ha vuelto completamente rojo.
Se pueden apreciar las nubes, pero no puedo ver el sol, mi mirada baja un poco y puedo ver que varios de los compañeros y empleados de limpieza y seguridad se han quedado viendo el cielo, que se torna de un rojo más apantallante al punto en que el cielo parece ser de color sangre.
Algunos aprovechan para sacar los celulares, sacar fotografías o hablarles a sus familiares para decirles lo que está pasando.
Por supuesto no pierdo el tiempo les mando mensajes a todos los miembros de Kuxtal y porqué no a Gama, a Fabián y a Rey en Perú.
Muy difícilmente volvemos a trabajar, después de un rato trabajando encienden los televisores que tenemos y vemos las noticias de la tarde.
-… en otra noticias el servicio meteorológico aún no ha podido explicar el origen de este extraño fenómeno y tampoco por qué el cielo se ha puesto de color rojo, peor este fenómeno no solo está presente en nuestro país, vamos contigo Israel-
La pantalla cambió a la de un reportero en una calle.
-te escucho Chelsy estoy aquí en la ciudad de Caracas Venezuela donde todo el mundo está observando el cielo, algunos usan lentes de sol para poder apreciar mejor este fenómeno que nunca antes se había presenciado.
La imagen cambia a un hombre de cincuenta y tantos años que dice.
-muy fácil esto es parte de lo que los antiguos aztecas decían que el mundo se va a acabar el veintiuno de diciembre-
-pero hoy es primero-
-si hoy inicia y se acaba el veintiuno de diciembre-
-pero la profecía maya dice que era en el dos mil doce-
Ya ni prestó atención por un lado espero que lo que va a decir ese viejito no sea verdad y que esto pasé rápido.
En eso el supervisor apaga la televisión y dice con voz algo amarga.
-¡muy bien ya estuvieron de perezosos un buen rato!-
En lo personal no fueron ni tres minutos, pero trabajar un poco me servirá de distracción, estoy empezando a preocuparme por los chicos aunque sé que están bien.
Al salir del trabajo y del regaño después de entrenar veo de nuevo para darme lecciones teóricas de mi siguiente pelea, a este viejo parece importarle muy poco que el cielo se ha puesto rojo.
Aún de tarde y con el clima nublado de la ciudad de México se puede apreciar bien, voy a la casa de Raquel en lugar de ir a mi departamento, el viaje fue agotador pero cuando por fin llego tengo la tentación de dejar mal estacionado el automóvil, salgo del coche con la maleta llena de armas.
Toco con fuerza la puerta de la casa de los padres de Raquel, con suerte es Raquel quien me abre parece preocupada.
-¡Te has enterado de algo?-le preguntó
-están emitiendo algo en las noticias ahora- me responde Raquel
Entro a a casa seguido de Raquel.
-¿Ya les dijiste?-le preguntó
-de la guerra o de que estoy embarazada-
-de ambas-
-de la guerra no me creen y de que estoy embarazada tampoco.
Pasamos a la sala donde la televisión está encendida en ella están emitiendo una noticia donde una reportera según el encabezado está en nueva York, se puede ver como el cielo se ha puesto rojo también ahí, la reportera está asomada en un techo, junto con otra media docena de personas.
-algo extraño está pasando, aún no se sabe en que momento han comenzado estos ataques, solo que una serie de vehículos que no se han visto antes han comenzado el bombardeo contra.
En ese momento frente a la pantalla pasó un avión a toda velocidad antes de explotar.
-suficiente nos tenemos que ir.
Apenas terminó de decir esa frase cuando comienza a temblar con fuerza, se cae un jarrón vacío que está en una repisa de al fondo.
El temblor se detiene por varios segundos antes de reanudarse.
-¡agarren sus cosas y prepárense para salir!-grito con fuerza
-es un temblor…
-¡háganlo!-grito poco a poco comienzo a perder la paciencia.
Raquel me hace caso y medio minuto después de que el temblor cesa de nuevo sale con tres maletas vacías, entre los cuatro comenzamos a vaciar las despensas, cajones con ropa.
Una vez que ya salimos de la casa con las cuatro maletas y las tres mochilas, yo las estoy cargando, las metemos en el maletero de mi automóvil.
Una vez estando afuera puedo ver que todos los vecinos ya están afuera están muy asustados, no les hago caso cierro las puertas, los cuatro estamos dentro meto la llave y el auto arranca, pasamos al lado de decenas de personas a través de la calle.
-¿A dónde vamos?-pregunta el padre de Raquel
El padre de Raquel un hombre bigotón y bajito, calvo, levemente obeso de unos cincuenta años y la madre de Raquel de cabello riso y pelirrojo levemente más alta que su esposo estaba al celular intentando marcar a sus familiares.
-imposible no hay señal- dice la madre de Raquel
En el auto yo voy con Raquel en los asientos de enfrente y sus padres en lo de atrás.
-tenemos que salir de la ciudad-le respondo.
-No creo que estemos a salvo en el campo-me dice el padre de Raquel
-talvez no pero es mejor que quedarnos aquí-
-entonces por favor llevarnos a casa de mi hermana…
Enfrente de nosotros parece algo negro y enorme, freno en seco, se escuchan gritos de la gente que está en la calle.
-Afuera del auto ahora.
Salimos los cuatro del automóvil mi mirada se fija en aquella cosa negra, mi vista se levanta hacia arriba, me quedo impactado aparece lo que creo que s un traje mecánico muy parecido a los que nos da Kuxtal pero este no tiene bulbos azules este tiene líneas azules que brillan, otra diferencia que puedo apreciar es que su traje si tiene un casco que le cubre la cara
Miro a Raquel y a sus padres.
-¡yo me encargo! Raquel el arma hache está en la maleta verde-
-okey-
Saco el radar de mi traje y presionó el botón rojo, en ese momento la armadura mecánica es transferida mi vista es cambiada por la extraña pantalla que aparece enfrente, cuando volteo hacia arriba la pantalla aparece un circulo que ficha a esa cosa gigante con dos piernas y dos brazos como el objetivo.
Aquel ser gigante tiene también un rifle, la gente comienza a acercarse por curiosidad, mierda si fallo y le doy a alguien.
El gigante que debe medir unos veinte metros dispara su rifle, espero verla explosión de efecto retrasado peor en su lugar de su rifle salen discos negros que vuelan a velocidad hacia las personas.
-¡no!-grito
Levantó los brazos y disparo el rayo láser que termina convirtiendo en polvo la cabeza ese gigante, el resto de su cuerpo cae al suelo chorreando sangre roja a chorros.
Respiro profundamente aunque no fue algo difícil, no puedo evitar sentir como los latidos de mi corazón se aceleran.
Mi mirada se baja al piso veo como los enormes discos están enterrados en el piso lleno de sangre y pedazos de carne y huesos por todos lados decenas y centenas de personas están en el piso.
Trago saliva y me doy la vuelta, Raquel tiene la pistola hache lista para disparar por si acaso.
-vámonos…
Raquel apunta con su mano detrás de mí, la pantalla enfrente de mi indica otro objetivo detrás de mi.
Volteo ahí está otro gigante idéntico que se percató de la muerte de su compañero, vuelvo a levantar los brazos y disparó otra vez.
El gigante voltea de alguna forma se que me vio así que se mueve a un lado y evita el rayo láser, el gigante apunta con su enrome rifle que disparará esos discos mortales, si la armadura los resistirá, algo me dice que no.
Levantó los brazos y vuelvo a disparar, al mismo tiempo que el o ella dispara.
Los rayos láser desintegran los discos que me disparar, vuelvo a disparar una vez más contra aquel ser.
Mis disparos vuelven a fallar está vez por muy poco parte de los rayos tocaron el casco de aquel traje.
Hay una fuerte explosión, el gigante con su traje caen al suelo, un enorme circulo ha perforado el pavimento ese debió ser el ataque del arma hache.
Volteó a un lado y veo que Raquel disparó con mi pistola hache y de verdad le agradezco que lo haya hecho.
El gigante se levanta con algo de dificultad mientras que pedazos de su traje se caen dejándolo semi desnudo, mi expresión cambia todavía más.
Se trata de un gigante que tiene facciones casi humanas, con la diferencia que este tiene cuatro ojos, dos a la izquierda y dos a la derecha.
El gigante dice algo que no comprendo, obviamente no voy a entender su idioma aunque sería interesante saber qué es lo que dice.
Hay otra explosión provocada por la pistola hace que destroza por completo a ese gigante matándolo, volteo a ver hacia Raquel.
Detrás del automóvil aparece otro gigante igual, levantó el brazo mecánico y disparo, el gigante está concentrado en Raquel, no me puede ver.
Cuando disparo el rayo le da en lo que debe ser su pecho y el otro rayo le da en la mitad de lo que sería su nariz.
Este gigante cae al piso hacia atrás dejando caer su rifle que aterriza en el pavimento, no bajo la guardia, podría haber más pero como saberlo sé que mi radar no mostrará los objetivos actuales ya que no estamos en una misión.
Doy un salto hacia una casa de tres pisos y aterrizo en el techo, como suponía hay un cuarto gigante corriendo hacia el primero de sus compañeros, una vez más le disparo con el rayo láser y lo desintegro.
Miro a todas partes las casas no tiene muchos pisos así que me sirve para tener una buena panorámica del lugar, de momento de debe haber gigantes en varias cuadras a la redonda.
Bajo de regreso a la acera desactivo la armadura y ahora ya estoy listo para seguir.
-bien vámonos-
-primero a casa de mi hermana ellos tiene varios automóviles y camionetas que nos pueden servir para movernos mejor-
-Diego- me susurra Raquel
Me doy la vuelta y veo como decenas de personas salen de entra los automóviles, de verdad están asustadas se les ve en los ojos.
Una mujer ya anciana se me acerca y agarra mis manos diciendo.
-gracias, muchas gracias-
La gente comienza acercarse algunos con curiosidad otros muertos de miedo, un niño se aleja de los brazos de su mamá gritando.
-¡mamá mira los Power Rangers!-
La gente se me acerca más a mí y a Raquel.
-gracias-
-no te vayas-
-no nos dejes-
La gente nos rodea y observa con mucho interés a mí y a Raquel, no sé qué decirles por un lado quiero decirles buena suerte y dejarlos ahí, estaba pensando en cuidar a Raquel y a máximo media docena de personas más, sacarlas de la ciudad y llevarlos a las montañas a esconderlos matando a lo que se nos atraviese en medio, pero no a tanta gente.
Miro a Raquel que me susurra que hay que ayudarlos.
Respiro profundamente antes de subirme a un automóvil que quedo volteado para dirigirme a todos.
-¡atención tenemos que movernos!-
-¿A dónde?-pregunta un anciano
-¿no es mejor quedarnos?-pregunta una joven de secundaria
-¡del hecho que esos cuatro no están y que no hay más alrededor no significa que no vayan a volver!-les gritó
Hay murmullos entre aquellas personas no son muchas pero quizás podría salvarlas a todas, pero habría que darse prisa.
-¡no sé qué lo que está pasando!, ¡pero es mejor movernos a las afueras de la ciudad, así que vuelvan a sus casa empaquen documentos, ropa y comida!!nos vamos en treinta minutos!-les gritó.-¡si sus hogares están lejos mejor quédense cerca y vayan a las tiendas!
-¿Cómo nos moveremos?-pregunta una mujer de unos cuarenta años
-a pie usaremos los automóviles para transportar la comida pero iremos a baja velocidad
La gente comienza a moverse a toda velocidad hacia sus casas o a las casa que están cerca la verdad no me importa verlas robando eso no importa ahora, en lo que regresan Raquel y yo hacemos guardia de un lado a otro de la calle con suerte no se acerca ningún gigante a atacarnos, peor no hay que confiarnos
Una vez pasado el lapso, algunos de los jóvenes se las arreglaron para hacer circulas los automóviles y poder usarlos para irnos.
Con cerca de setenta personas detrás de mi con cajas de comida sábanas y maleta de ropa en unos diez automóviles que se mueven conducidos a mínima velocidad comenzamos a avanzar por la avenida.
Capítulo 1 Carmesí
Me encuentro en el trabajo, me dedico a monitorear a mis trabajadores para saber quién si sabe vender y quién no, cuando me ascendió a este trabajo las cosas eran divertidas al principio pero después de tres semanas ósea hace un año se volvió un fastidio.
Es lunes y el último día de noviembre, pero este año se caracteriza bien porqué hace dos días murieron dos de mis subordinados, Fiona y Cristian en una batalla contra extraterrestres que eran estatuas de arte romano que eran demasiado fuertes.
La verdad ni sé que hago aquí, no espera ya sé hoy será día de pago entonces hoy debo cobrar la última vez que voy a cobrar la última vez que recibiré dinero y si sobrevivo tendré que cuidar a mi nueva familia.
Una vez que salgo de trabajar me dirijo hacia el gimnasio donde una vez más el entrenador me informa que dentro de dos semanas voy a tener una pelea y una bastante prometedora así que no tarda en ponerme al límite.
El letrero donde sale la fotografía de Teresa bajo el título de desaparecida, la verdad no sé si decirle a mi entrenador, el tío de Teresa que su sobrina está muerta, aunque ya no tengo la bomba que me prohibía hablar de Kuxtal y que ya hable con los padres de Diogo de lo que le pasó al clon de su hijo y no es la única familia a quienes tengo que darles explicaciones, los padres de Ricky y la familia de Isabel.
Termino de entrenar en el cuadrilátero cansado y con mucho sudor me doy un rápido baño en las regaderas, mientras escucho a dos novatos provocándose el uno al otro, terminó de bañarme y de vestirme y me retiro
Regreso al departamento donde vivo solo vivía con Diogo hasta hace unos días pero aunque Diogo casi no estuvo ahí se siente su ausencia.
Raquel está con sus padres, aún no les hemos dicho que está embarazada, si sobrevivimos se lo diremos, por ahora solo hay que esperar.
Enciendo el televisor para ver noticias pero no hay nada que indique que algo malo vaya a pasar, miro la puerta entre abierta de mi habitación ahí está mi traje negro junto con la motocicleta de una rueda que está en modo de transporte, la pistola hache, un rifle, dos pistolas una equis y una ye y al final una espada envainada, esperando el día de… bueno sea lo que sea que va a venir.
Llamo por teléfono a Raquel, hablamos por unos diez minutos al final le recuerdo que debemos estar listos y con los trajes puestos durante todo el día por si las dudas.
Al final cuelgo y le marco al celular de Diogo este no responde, Diogo no me ha llamado, espero que su padre no lo haya agarrado a nalgadas o a darle latigazos con el cinturón.
Después de colgar el teléfono suena y contesto, escucho a Diogo que se disculpa por no contestar, le preguntó cómo ha estado y el me dice que le tuvo que dar detalles a sus papás de lo que pasó en cada misión.
-¿de verdad te creyeron?-le preguntó
-les mostré el blog, las fotografías y un poco de información que Julián encontró por cierto ¿recuerdas aquel perro que vimos en la misión de Cabeza de vaca?-
-si lo recuerdo-
-bueno ese perro fue encontrado en Asia no se bien dónde pero los cazadores pelearon contra el lo derrotaron y ese perro al parecer no era un mutante es un Inugami o algo así.
-¿Qué es eso?-le preguntó.-
-en internet dice que es un espíritu animal en forma de perro-
Hace un año me hubiese sorprendido lo que dijo Diogo pero en este momento ciento que ya nada me sorprende.
-Diogo no quiero asustarte pero recuerda que mañana muy probablemente…
-lo sé pero ya estamos muertos no-
Cuando por fin dejo de hablar con Diogo por teléfono me preparo la cena y a dormir, casi la misma rutina de siempre, recuero que Gama no me ha contestado espero que este bien, me pregunto cuántos cazadores se habrán muerto el sábado y cuantos pudieron ser revividos.
Al día siguiente me pongo el traje por debajo de la ropa de trabajo, la ropa de vestir camisa blanca con pantalones de vestir y zapatos, odio esa ropa, llevo conmigo comida, ropa más cómoda, dinero, documentos en caso de necesitarlos lo cuál dudo y en una maleta enorme las armas, listo para todo.
Aún no ha amanecido llego al trabajo conduciendo con las armas dentro, me estacionó en mi lugar y comienzo un nuevo día intentando aparentar normalidad.
Amanece todo se ve normal entró a la zona de trabajo, mientras que los trabajadores del turno nocturno salen de trabajar y después entramos mi equipo de trabajo y yo, la verdad no sé si hoy será el último día de la tierra pero ni se han de imaginar cuantas ganas tengo de darles el día libre pagado.
Comenzamos a trabajar, como tengo dos vacantes que no serán cubiertas tengo que hacer llamadas también, al final vendo dos seguros antes de la hora del almuerzo.
Cuando salgo al comedor soy el primero en terminar, el comedor está techado pero es la parte donde más frío hace, veo a los empleados reírse de chistes o contando que tal sus últimas cinco ventas fallidas mientras que yo estoy al pendiente de dos cosas mi celular y mi reloj.
Cuando terminó de almorzar, veo a uno de los guardias de seguridad en la zona no techada del estacionamiento que está hablando por teléfono, me apetece hacerlo también.
Voy a la zona no techada dele estacionamiento, sacó el celular y le marco a Raquel, no contesta, lo intento dos veces más no contesta, bueno no esperaba que lo hiciera, ella también trabaja, miro la señal de mi celular tiene suficiente.
En ese momento siento una sensación muy incómoda es como si el viento se estuviese deteniendo, miro hacia arriba, al cielo azul pero hay algo raro el cielo azul comienza a desaparecer el azul ya no es el mismo de siempre, no se cuánto tiempo me la pasó viendo el cielo, pero ahora este cielo se ha vuelto completamente rojo.
Se pueden apreciar las nubes, pero no puedo ver el sol, mi mirada baja un poco y puedo ver que varios de los compañeros y empleados de limpieza y seguridad se han quedado viendo el cielo, que se torna de un rojo más apantallante al punto en que el cielo parece ser de color sangre.
Algunos aprovechan para sacar los celulares, sacar fotografías o hablarles a sus familiares para decirles lo que está pasando.
Por supuesto no pierdo el tiempo les mando mensajes a todos los miembros de Kuxtal y porqué no a Gama, a Fabián y a Rey en Perú.
Muy difícilmente volvemos a trabajar, después de un rato trabajando encienden los televisores que tenemos y vemos las noticias de la tarde.
-… en otra noticias el servicio meteorológico aún no ha podido explicar el origen de este extraño fenómeno y tampoco por qué el cielo se ha puesto de color rojo, peor este fenómeno no solo está presente en nuestro país, vamos contigo Israel-
La pantalla cambió a la de un reportero en una calle.
-te escucho Chelsy estoy aquí en la ciudad de Caracas Venezuela donde todo el mundo está observando el cielo, algunos usan lentes de sol para poder apreciar mejor este fenómeno que nunca antes se había presenciado.
La imagen cambia a un hombre de cincuenta y tantos años que dice.
-muy fácil esto es parte de lo que los antiguos aztecas decían que el mundo se va a acabar el veintiuno de diciembre-
-pero hoy es primero-
-si hoy inicia y se acaba el veintiuno de diciembre-
-pero la profecía maya dice que era en el dos mil doce-
Ya ni prestó atención por un lado espero que lo que va a decir ese viejito no sea verdad y que esto pasé rápido.
En eso el supervisor apaga la televisión y dice con voz algo amarga.
-¡muy bien ya estuvieron de perezosos un buen rato!-
En lo personal no fueron ni tres minutos, pero trabajar un poco me servirá de distracción, estoy empezando a preocuparme por los chicos aunque sé que están bien.
Al salir del trabajo y del regaño después de entrenar veo de nuevo para darme lecciones teóricas de mi siguiente pelea, a este viejo parece importarle muy poco que el cielo se ha puesto rojo.
Aún de tarde y con el clima nublado de la ciudad de México se puede apreciar bien, voy a la casa de Raquel en lugar de ir a mi departamento, el viaje fue agotador pero cuando por fin llego tengo la tentación de dejar mal estacionado el automóvil, salgo del coche con la maleta llena de armas.
Toco con fuerza la puerta de la casa de los padres de Raquel, con suerte es Raquel quien me abre parece preocupada.
-¡Te has enterado de algo?-le preguntó
-están emitiendo algo en las noticias ahora- me responde Raquel
Entro a a casa seguido de Raquel.
-¿Ya les dijiste?-le preguntó
-de la guerra o de que estoy embarazada-
-de ambas-
-de la guerra no me creen y de que estoy embarazada tampoco.
Pasamos a la sala donde la televisión está encendida en ella están emitiendo una noticia donde una reportera según el encabezado está en nueva York, se puede ver como el cielo se ha puesto rojo también ahí, la reportera está asomada en un techo, junto con otra media docena de personas.
-algo extraño está pasando, aún no se sabe en que momento han comenzado estos ataques, solo que una serie de vehículos que no se han visto antes han comenzado el bombardeo contra.
En ese momento frente a la pantalla pasó un avión a toda velocidad antes de explotar.
-suficiente nos tenemos que ir.
Apenas terminó de decir esa frase cuando comienza a temblar con fuerza, se cae un jarrón vacío que está en una repisa de al fondo.
El temblor se detiene por varios segundos antes de reanudarse.
-¡agarren sus cosas y prepárense para salir!-grito con fuerza
-es un temblor…
-¡háganlo!-grito poco a poco comienzo a perder la paciencia.
Raquel me hace caso y medio minuto después de que el temblor cesa de nuevo sale con tres maletas vacías, entre los cuatro comenzamos a vaciar las despensas, cajones con ropa.
Una vez que ya salimos de la casa con las cuatro maletas y las tres mochilas, yo las estoy cargando, las metemos en el maletero de mi automóvil.
Una vez estando afuera puedo ver que todos los vecinos ya están afuera están muy asustados, no les hago caso cierro las puertas, los cuatro estamos dentro meto la llave y el auto arranca, pasamos al lado de decenas de personas a través de la calle.
-¿A dónde vamos?-pregunta el padre de Raquel
El padre de Raquel un hombre bigotón y bajito, calvo, levemente obeso de unos cincuenta años y la madre de Raquel de cabello riso y pelirrojo levemente más alta que su esposo estaba al celular intentando marcar a sus familiares.
-imposible no hay señal- dice la madre de Raquel
En el auto yo voy con Raquel en los asientos de enfrente y sus padres en lo de atrás.
-tenemos que salir de la ciudad-le respondo.
-No creo que estemos a salvo en el campo-me dice el padre de Raquel
-talvez no pero es mejor que quedarnos aquí-
-entonces por favor llevarnos a casa de mi hermana…
Enfrente de nosotros parece algo negro y enorme, freno en seco, se escuchan gritos de la gente que está en la calle.
-Afuera del auto ahora.
Salimos los cuatro del automóvil mi mirada se fija en aquella cosa negra, mi vista se levanta hacia arriba, me quedo impactado aparece lo que creo que s un traje mecánico muy parecido a los que nos da Kuxtal pero este no tiene bulbos azules este tiene líneas azules que brillan, otra diferencia que puedo apreciar es que su traje si tiene un casco que le cubre la cara
Miro a Raquel y a sus padres.
-¡yo me encargo! Raquel el arma hache está en la maleta verde-
-okey-
Saco el radar de mi traje y presionó el botón rojo, en ese momento la armadura mecánica es transferida mi vista es cambiada por la extraña pantalla que aparece enfrente, cuando volteo hacia arriba la pantalla aparece un circulo que ficha a esa cosa gigante con dos piernas y dos brazos como el objetivo.
Aquel ser gigante tiene también un rifle, la gente comienza a acercarse por curiosidad, mierda si fallo y le doy a alguien.
El gigante que debe medir unos veinte metros dispara su rifle, espero verla explosión de efecto retrasado peor en su lugar de su rifle salen discos negros que vuelan a velocidad hacia las personas.
-¡no!-grito
Levantó los brazos y disparo el rayo láser que termina convirtiendo en polvo la cabeza ese gigante, el resto de su cuerpo cae al suelo chorreando sangre roja a chorros.
Respiro profundamente aunque no fue algo difícil, no puedo evitar sentir como los latidos de mi corazón se aceleran.
Mi mirada se baja al piso veo como los enormes discos están enterrados en el piso lleno de sangre y pedazos de carne y huesos por todos lados decenas y centenas de personas están en el piso.
Trago saliva y me doy la vuelta, Raquel tiene la pistola hache lista para disparar por si acaso.
-vámonos…
Raquel apunta con su mano detrás de mí, la pantalla enfrente de mi indica otro objetivo detrás de mi.
Volteo ahí está otro gigante idéntico que se percató de la muerte de su compañero, vuelvo a levantar los brazos y disparó otra vez.
El gigante voltea de alguna forma se que me vio así que se mueve a un lado y evita el rayo láser, el gigante apunta con su enrome rifle que disparará esos discos mortales, si la armadura los resistirá, algo me dice que no.
Levantó los brazos y vuelvo a disparar, al mismo tiempo que el o ella dispara.
Los rayos láser desintegran los discos que me disparar, vuelvo a disparar una vez más contra aquel ser.
Mis disparos vuelven a fallar está vez por muy poco parte de los rayos tocaron el casco de aquel traje.
Hay una fuerte explosión, el gigante con su traje caen al suelo, un enorme circulo ha perforado el pavimento ese debió ser el ataque del arma hache.
Volteó a un lado y veo que Raquel disparó con mi pistola hache y de verdad le agradezco que lo haya hecho.
El gigante se levanta con algo de dificultad mientras que pedazos de su traje se caen dejándolo semi desnudo, mi expresión cambia todavía más.
Se trata de un gigante que tiene facciones casi humanas, con la diferencia que este tiene cuatro ojos, dos a la izquierda y dos a la derecha.
El gigante dice algo que no comprendo, obviamente no voy a entender su idioma aunque sería interesante saber qué es lo que dice.
Hay otra explosión provocada por la pistola hace que destroza por completo a ese gigante matándolo, volteo a ver hacia Raquel.
Detrás del automóvil aparece otro gigante igual, levantó el brazo mecánico y disparo, el gigante está concentrado en Raquel, no me puede ver.
Cuando disparo el rayo le da en lo que debe ser su pecho y el otro rayo le da en la mitad de lo que sería su nariz.
Este gigante cae al piso hacia atrás dejando caer su rifle que aterriza en el pavimento, no bajo la guardia, podría haber más pero como saberlo sé que mi radar no mostrará los objetivos actuales ya que no estamos en una misión.
Doy un salto hacia una casa de tres pisos y aterrizo en el techo, como suponía hay un cuarto gigante corriendo hacia el primero de sus compañeros, una vez más le disparo con el rayo láser y lo desintegro.
Miro a todas partes las casas no tiene muchos pisos así que me sirve para tener una buena panorámica del lugar, de momento de debe haber gigantes en varias cuadras a la redonda.
Bajo de regreso a la acera desactivo la armadura y ahora ya estoy listo para seguir.
-bien vámonos-
-primero a casa de mi hermana ellos tiene varios automóviles y camionetas que nos pueden servir para movernos mejor-
-Diego- me susurra Raquel
Me doy la vuelta y veo como decenas de personas salen de entra los automóviles, de verdad están asustadas se les ve en los ojos.
Una mujer ya anciana se me acerca y agarra mis manos diciendo.
-gracias, muchas gracias-
La gente comienza acercarse algunos con curiosidad otros muertos de miedo, un niño se aleja de los brazos de su mamá gritando.
-¡mamá mira los Power Rangers!-
La gente se me acerca más a mí y a Raquel.
-gracias-
-no te vayas-
-no nos dejes-
La gente nos rodea y observa con mucho interés a mí y a Raquel, no sé qué decirles por un lado quiero decirles buena suerte y dejarlos ahí, estaba pensando en cuidar a Raquel y a máximo media docena de personas más, sacarlas de la ciudad y llevarlos a las montañas a esconderlos matando a lo que se nos atraviese en medio, pero no a tanta gente.
Miro a Raquel que me susurra que hay que ayudarlos.
Respiro profundamente antes de subirme a un automóvil que quedo volteado para dirigirme a todos.
-¡atención tenemos que movernos!-
-¿A dónde?-pregunta un anciano
-¿no es mejor quedarnos?-pregunta una joven de secundaria
-¡del hecho que esos cuatro no están y que no hay más alrededor no significa que no vayan a volver!-les gritó
Hay murmullos entre aquellas personas no son muchas pero quizás podría salvarlas a todas, pero habría que darse prisa.
-¡no sé qué lo que está pasando!, ¡pero es mejor movernos a las afueras de la ciudad, así que vuelvan a sus casa empaquen documentos, ropa y comida!!nos vamos en treinta minutos!-les gritó.-¡si sus hogares están lejos mejor quédense cerca y vayan a las tiendas!
-¿Cómo nos moveremos?-pregunta una mujer de unos cuarenta años
-a pie usaremos los automóviles para transportar la comida pero iremos a baja velocidad
La gente comienza a moverse a toda velocidad hacia sus casas o a las casa que están cerca la verdad no me importa verlas robando eso no importa ahora, en lo que regresan Raquel y yo hacemos guardia de un lado a otro de la calle con suerte no se acerca ningún gigante a atacarnos, peor no hay que confiarnos
Una vez pasado el lapso, algunos de los jóvenes se las arreglaron para hacer circulas los automóviles y poder usarlos para irnos.
Con cerca de setenta personas detrás de mi con cajas de comida sábanas y maleta de ropa en unos diez automóviles que se mueven conducidos a mínima velocidad comenzamos a avanzar por la avenida.
