AKASHA
En el hinduismo y el budismo, el principio vital
que impregna todo lo que existe o el espacio del universo que todo lo
penetra. Akasha es un término sánscrito que significa "el espacio que
todo lo penetra”
En el hinduismo, el akasha es visto como la
sustancia éter, el quinto y más sutil de los elementos. El akasha
permea todo en el universo y es el vehículo para toda vida y para el
sonido. En la práctica del yoga, el akasha es uno de los tres
principios, universales. Junto con el prana (el aliento de vida) y la
mente creativa, forma una trinidad de fuentes de poder mágico y psíquico
que son inmanentes en todo lo que existe en el universo, desde el reino
mineral hasta los reinos más complejos. Del akasha deriva la voluntad,
que permite realizar toda clase de hazañas.
En el budismo, el akasha
no es éter sino espacio, del cual existen dos clases. La primera clase
es el espacio limitado por lo material y asociado con el skandas o
"agregados” que constituyen la personalidad: forma física, sensación,
percepción, formaciones mentales y conciencia.
La segunda clase es el
espacio ilimitado, por encima de toda descripción de lo material y al
mismo tiempo depósito de todo lo material. A principios del siglo XX,
Helena P- Blavatsky, mística y fundadora de la Sociedad Teosófica,
introdujo el concepto de akasha en occidente. Blavastky igualaba el
Akasha con otras interpretaciones de la fuerza vital universal, tales
como la "luz sideral” de los rosacruces, “la luz astral" del ocultista
francés Eliphas Levi y "la fuerza ódica” del psíquico alemán Barón Karl
von Reichenbach. También es vista como un equivalente del ruah hebreo,
el viento, el aliento, el aire en movimiento o el espíritu errante
De
acuerdo con Blavatsky, el akasha forma el anima mundi (el alma del
mundo, que permite al pensamiento divino manifestarse en la materia) y
constituye el alma y el espíritu astral de la humanidad. Produce los
fenómenos mesméricos y magnéticos de la naturaleza.
que impregna todo lo que existe o el espacio del universo que todo lo
penetra. Akasha es un término sánscrito que significa "el espacio que
todo lo penetra”
En el hinduismo, el akasha es visto como la
sustancia éter, el quinto y más sutil de los elementos. El akasha
permea todo en el universo y es el vehículo para toda vida y para el
sonido. En la práctica del yoga, el akasha es uno de los tres
principios, universales. Junto con el prana (el aliento de vida) y la
mente creativa, forma una trinidad de fuentes de poder mágico y psíquico
que son inmanentes en todo lo que existe en el universo, desde el reino
mineral hasta los reinos más complejos. Del akasha deriva la voluntad,
que permite realizar toda clase de hazañas.
En el budismo, el akasha
no es éter sino espacio, del cual existen dos clases. La primera clase
es el espacio limitado por lo material y asociado con el skandas o
"agregados” que constituyen la personalidad: forma física, sensación,
percepción, formaciones mentales y conciencia.
La segunda clase es el
espacio ilimitado, por encima de toda descripción de lo material y al
mismo tiempo depósito de todo lo material. A principios del siglo XX,
Helena P- Blavatsky, mística y fundadora de la Sociedad Teosófica,
introdujo el concepto de akasha en occidente. Blavastky igualaba el
Akasha con otras interpretaciones de la fuerza vital universal, tales
como la "luz sideral” de los rosacruces, “la luz astral" del ocultista
francés Eliphas Levi y "la fuerza ódica” del psíquico alemán Barón Karl
von Reichenbach. También es vista como un equivalente del ruah hebreo,
el viento, el aliento, el aire en movimiento o el espíritu errante
De
acuerdo con Blavatsky, el akasha forma el anima mundi (el alma del
mundo, que permite al pensamiento divino manifestarse en la materia) y
constituye el alma y el espíritu astral de la humanidad. Produce los
fenómenos mesméricos y magnéticos de la naturaleza.
REGISTROS AKÁSHICOS (Las
crónicas de Akasha)
En la
teosofía, los registros o archivos matrices de todo lo ocurrido desde el
principio del universo. Se dice que estos registros existen como
impresiones en el plano astral y proveen una suerte de legajo,
conteniendo toda clase de información que puede ser útil para las almas
que desean examinar su progreso espiritual a través de varias vidas.
El
término "akáshicos' proviene del sánscrito akasha, definido ya sea como
la sustancia etérica fundamental del universo o como el espacio que
todo lo penetra. Según la teosofía, el akasha es un registro eterno de
las vibraciones de cada acción, pensamiento, emoción, luz y sonido.
Algunos
psíquicos dicen que consultan los registros akáshicos, ya sea usando la
clarividencia o a través de viajes extracorporales, para recibir
información acerca de vidas o hechos pasados. El proceso se describe en
formas variadas: como sintonizar una transmisión de radio o como
visitar una biblioteca enorme y buscar la información en libros.
Algunos dicen que encuentran espíritus guías que los ayudan a localizar
la información.
El médium estadounidense Edgar Cayce consultaba a
menudo los registros akáshicos para observar vidas pasadas y así
encontrar las razones para los problemas de salud, personales y
maritales en las vidas presentes de sus clientes. Cayce llamaba a los
registros akáshicos la "Memoria Universal de la Naturaleza' y el "Libro
de la Vida”.
En Edgar Cayceon Reincarnation, escrito por Noel
Langley, Cayce describe un aparente viaje extra corporal a los registros
akáshicos para obtener información acerca de un cliente. Cayce dice
que se sintió salir de su cuerpo y viajar por un estrecho y recto haz de
luz. A ambos lados del haz había niebla o humo, y seres nebulosos
trataban de distraerle de su misión. Algunos le rogaban que les
ayudara, pero él se mantenía en la luz. Mientras seguía, los seres
adquirían una forma más definida y lo molestaban menos. Eventualmente
abandonaron su intención de distraerle y parecía que lo ayudaban a
seguir, después lo ignoraron, completamente. Finalmente llegó a una
colina donde vio en un monte un gran templo. Dentro del templo había un
salón grande como una biblioteca, llena de libros acerca de las vidas
de la gente. Todo lo que tenía que hacer era sacar el libro que quería.
El filósofo Rudolf Steiner escudriñó los registros akáshicos, a los que
llamó crónicas akáshicas, para producir sus detalladas descripciones de
las perdidas civilizaciones míticas de Atlántida y Lemuria. Según
Cayce y otros psíquicos, los registros akáshicos viajan en ondas de luz y
cualquiera puede tener acceso a ellos mediante el apropiado
entrenamiento y sintonización.
El registro akáshico sería un lugar en
el universo donde se acumula toda la información acerca de las
reencarnaciones y el karma de cada alma.
En base a estos
textos, también se animó a soltar algunas deducciones:
- La hija de Heinz
recibe los registros de Akasha y los emite en el lenguaje universal: Los
números. - Akasha tiene registros de
todas las vidas, por eso Gantz puede recuperar las almas y reponer los
cuerpos de las personas que mueren. - El
cuarto del que habla Edgar Cayceon guarda muchas similitudes con el de
Gantz, cambiando la biblioteca por una esfera/computadora que guarda los
registros de los humanos y los nombres por fotos.