Sanoj Mar Mar 08, 2016 5:32 pm
Recibe la fuerte brisa del verano en su depilado rostro. Miraba atento una vieja foto de su pasado. Momentos vividos, recuerdos que perduraran para siempre en nuestras memorias hasta que pongamos nuestros pies en la vejez, cuando nuestras articulaciones no se muevan como lo hicieron en el pasado, cuando nuestra fuerza no sea igual que es nuestros días dorados. Combatíamos codo a codo, pero todo eso culmino hace años. ―Recuerdos, que en algún momento, serán perdidos en el olvido― Extrañaba ese sonido, admiraba como vivió sus día de adolescente con ellos. Pero ya había crecido, escogiendo un camino muy diferente al que sus compañeros tomaron por toda la vida.
¿Pero aquello no era un límite, para ser verdad? Exhalo el humo de su cigarrillo; miro como el humo se perdió poco a poco en el aire, él quería ser como el humo, volar por los cielos con gran libertad y luego se desvanecía en medio del vuelo. La arena húmeda se metía entre sus dedos, algunas veces el agua le llegaba hasta los talones, y luego la marea volvía a bajar. Tal cual lo hacían sus emociones, desde hace días, se sentía muerto por dentro. Estaba en la eterna busca, de sentirse vivo, pues, ya tenía esa muerte inmortal que muchos deseaban, aunque el precio a pagar era grande.
“Después de tanto tiempo, aun está ahí para ti. Nunca te libras de sus cadenas, siempre regresaras a la sombre de ella. Siempre serás presa de aquel objeto” Le dijo su voz interior.
Inhalo lo poco que le quedaba del cigarro, y se lanza hacia atrás. La velocidad de su cuerpo fue disminuyendo hasta quedar suspendida por unos segundos a algunos centímetros de tocar la arena, cerró sus ojos, sumergido en los pensamientos suicidas que nacían inconscientemente desde lo más profundo de su mente.
Exhalo de nuevo, el humo se expandió por todo el lugar. Abrió los ojos y no estaba en aquella playa solitaria de California; se sentó en el piso y miro uno a uno, todos sus compañeros. Pero su mirada se fijo en el chico de la barba no tan poblada como él la llego a tener hace unas horas.
―Miren― Mantuvo su mirada fija en Manza ―Quien se digna a volver a aparecer por estos lados― Sanoj se pone de pie con algo de torpeza ―Dime― Camino hasta el frente de su antiguo líder ―¿Nos vas a dejar a la deriva como la otra vez?― Apretó su puño derecho, tenía intenciones de lanzarle un golpe fuerte ―No tolerare eso otra vez― En esta última frase su voz se quebró.