lun@tiko Miér Feb 01, 2012 3:47 pm
Cada minuto que pasa, puede ser un regalo, no de un ser poderoso, si no del camino que llevas... Cada circunstancia, nos lleva por aquel paraje que se encargará de llevarnos a un lugar, un desierto con un oasis al medio que se le podría decir "destino", o más bien, "nueva forma de vida".
Sin embargo, no todo puede ser maravilloso, ya que hay almas que optan por un camino distinto, aunque no lo quieran, es inevitable de todos modos. Luchamos por alejarnos, y como guerreros, algunos se aferran a seguir la vida como quieren, pero no todo resulta... y allí se esperará a la suerte.
Los días pasan... A solo 2 días de la última misión efectuada por el equipo de Hiroshima, las puertas están abiertas para todo ser que quiera involucrarse con otro. Mafuyu estaba en la secundaria. Cuando él ya se iba, una chica le toma el brazo por sorpresa y lo saluda.
-Hola Mafuyu-Kun, no sabía que venías a esta misma escuela-.Inició el diálogo Haru, la chica del cabello claro.
-¿Haru?... no sabía que tú...
-Bueno, yo tampoco te recordaba, pero ahora recién que te vi, me da alegría tener a alguien con el cuál hablar de la habitación sin que me estalle la cabeza, jejeje.
-Jajaja... supongo que sí. Esto, eh... ¿Te sientes mejor luego de todo lo que ha pasado?
-Sí... lo he estado olvidando. Pero, me da nostalgia, ya que tendré que volver.
-No te preocupes, sinceramente, la misión con los juguetes fue una entre muchas... ocasionalmente, Gantz nos da misiones fáciles, además, somos buenos, y yo te ayudaré Haru.
-Muchas gracias... veo que estás solo. ¿Y tus amigos?
-Ahora ellos son mis enemigos, por así decirlo, han pasado tantas cosas que, ya nadie quiere juntarse conmigo, pero no me importa...
-Pero, ¿Antes si los tenías?, ¿Por qué te alejaste de ellos?
-Porque no veían la verdad de las cosas. Desde que llegué a Gantz, todo para mí cambió… es como si, entendieras la perspectiva de las cosas, en difícil explicarlo.
-Ojalá yo pensara como tú... me gustaría tener tu soledad por un momento, siempre vienen chicos a acosarme.
-De eso no hay duda, jajaja...
-Sin embargo... Mafuyu-Kun, tú me agradas mucho, y... creo que eres el único chico real de aquí. Eso lo vi al momento en que te conocí.
-Bueno, no sé qué decir... gracias, creo.
-Eres alguien de confianza, eso lo sé.
-He pasado por momentos difíciles en mi vida, antes y después de llegar a la habitación. Pero, algo en mí había cambiado...
-Eso es lo que te hace especial... espero nunca cambies.
-Gracias Haru. Por cierto, creo que te recuerdo de alguna parte...
-Bueno, soy un poco conocida en la escuela porque toco el piano.
-Supongo que esa es la explicación. Me encantaría escucharte tocar el piano.
-Mmm... Toma esto-.Haru, sacó de su bolsillo una entrada y se la entregó a Mafuyu con una sonrisa.-Esta es una entrada, puedes ir a verme mañana... tocaré por 40 minutos sin interrupciones. Irá mucha gente y, me gustaría que fueras tú.
-Me encantaría, allí estaré.
Luego, el timbre se escuchó y todo volvió a su rumbo. Al día siguiente, Mafuyu se fue al instituto como rutina normal. Así, pasaron las horas. La entrada tenía la hora de 17:00 en el teatro que quedaba solo a unas calles del instituto. Como era lo acordado, Mafuyu camino hasta llegar, presentó la entrada y entró.
Al sentarse, esperó unos minutos. Hasta que, las luces se sofocan de un tono más oscuro y de una parte del escenario, Haru aparece con un vestido blanco que arrastraba por el suelo. Sus brazos estaban amarrados por unas prendas claras que llevaban unas vendas largas que llegaban un poco más abajo de las rodillas.
Mafuyu sintió como su corazón latía fuerte, un sentimiento que no había sentido nunca en su vida. Parecía como si, su corazón se derretía con cada paso que daba esta doncella vestida de blanco. La vista de este chico se hizo hermosa, esto era, lo más cálido y bello que sus ojos habían vistos.
El público guardó silencio, junto con la expresión de Mafuyu. Haru tomó asiento en la pequeña banca del piano. Ella retira el protector y empieza a tocar suavemente las teclas del piano. La melodía había comenzado... Estaba tocando algo de carácter suave, y entristecedor.
Los minutos pasaban... todos atentos, Mafuyu, perdido en una ilusión. Su talento, además de su belleza, combinaba perfectamente con aquel espectáculo. Cada nota, hacían reflexionar, uno podía imaginar una voz que arremetía en contra del pensamiento amargo de lo que significa estar condenado a una vida llena de incertidumbre y fracaso. Mafuyu estaba emocionado... una lágrima corrió por su mejilla, la primera vez, de hace mucho tiempo.
El show terminó. Afuera, Haru se viste con su ropa habitual y sale a las calles, y de sorpresa, Mafuyu aparece.
-Eso estuvo muy bien Haru, me sorprendiste.
-¡Mafuyu-Kun!... me asustaste, ¿Me viste?... no te vi, estaba preocupada por si no vinieses.
-No me lo perdería... hoy no te vi en el instituto.
-Sí, es que debía ensayar algunas notas, y falte.
-Ya veo... allá, eh... te veías muy linda con ese vestido.
-Gracias... yo misma lo diseñe. Estaba descalza, quería darle algo de complejidad.
-Escuché la canción, su melodía... ¿Qué significaba exactamente?
-Tristeza... muerte, y soledad. Muy familiar con lo que me está pasando ahora.
-Sabía lo que significaba, yo... me identifiqué, fue algo raro, me sentí... de alguna forma, me sentía escuchado.
-Mafuyu-Kun, ¿Eres feliz?
-La verdad es que... no sé si lo soy, algo me falta.
Los dos en ese momento, salieron a pasear por la ciudad, sin saberlo, este chico estaba en su primera cita.
Así siguió todo... los dos, se empezaron a ver seguido. En el instituto, Mafuyu era la envidia de muchos, ya que, era el único al que Haru daba más atención. Extrañamente, ya habían pasado 12 días, lo cual, Gantz siempre se demoraba máximo una semana en empezar las misiones, pero no importaba, Mafuyu quería estar más tiempo con ella... estaba enamorado por primera vez.
Un día sábado, Haru y Mafuyu quedaron de ir a comer a un lugar de comida rápida. Los dos al verse, se saludaron como era rutinario. Sin embargo, los dos estaban con sus miradas esquivas, hasta que, el silencio se rompe.
-Siempre, al ver a alguien que llegaba a esa habitación, podía saber qué clase de persona era. No sé cómo, pero tanta gente que llegaba a Gantz, era fácil ver su personalidad y acometidos, sabía de qué clase podían ser...
-¿De qué hablas?-.Respondió Haru.
-Habló que tengo la capacidad, de saber la mente de cualquier persona... pero, tú Haru, desde que llegaste a la habitación, no podía hacerlo contigo, te veía, pero no sabía tu interior. Eso, me dejó complejo... sabía, que eras diferente, por alguna razón, eso me gusto, y me atrajo mucho... No eres como los demás, por eso, quiero que sepas, que eres muy valiosa para mí.
-Mafuyu-Kun... sé muchas cosas de tí, al conocerte, supe que no eras ordinario. Lo que quiero decir de alguna forma, es que cada día que pasa, solo puedo pensar en ti...
-Haru... lo mismo pasa conmigo. Esa vez, cuando tocabas el piano, me di cuenta que aún hay belleza en la vida, aunque para mí, no hay, pero tú... tú me has demostrado que la belleza quizás, no esté en la vida, si no en una persona que te corrompe para cambiar tu mente y ser feliz... Haru, yo, yo...
-Mafuyu-Kun... eres lo mejor que he conocido, yo... quiero estar contigo, para que me muestres tu mundo, y compartir el mío contigo, para que tú lo hagas de la misma forma. Quiero ser feliz.
Los dos, se miraron fijamente, hasta que se dieron un beso con una pasión jamás antes vista. Todo acabó en una habitación... los cuerpos desnudos de ambos, sintiendo aquel placer que se podrían dar el uno al otro. Los labios mojados y tibios de Haru eran un elixir para la lengua de Mafuyu que acariciaban su ser interior.
Gemidos de placer de parte de Haru, hacían entender el tierno cuidado que tenía su hermoso cuerpo. Los perfectos pechos de esta hermosa chica, eran acariciados suavemente por las manos de Mafuyu. Los pezones de Haru, eran lamidos con cuidado y cariño, esto no era un gesto de depravación, si no, una muestra de amor mutuo.
Todo terminó cuando ya no pudieron entregar más... los dos, se abrazaron y miraron, se dieron las manos, y pusieron sus frentes pegadas. Una leve sonrisa en Haru podía apreciarse, pero en Mafuyu, no había tal...
-Haru... te has vuelto en el sentido que tiene mi vida, yo, te protegeré por siempre... no te dejaré jamás.-Pensaba este chico.
El afecto entre debajo de las sábanas había llegado a su fin por ese momento.
2 Días después, los dos se volvieron a encontrar en un parque de diversiones. Una alegría de parte de este muchacho de 17 años. Era feliz... Las sonrisas de parte de ambos, resonaban en todas partes. Siempre tomados de la mano, riendo y compartiendo... Haru tenía una sorpresa, además de la diversión, había invitado a Sakuragi, y a Ioh a quién consiguió contactar. Mafuyu se sorprendió al ver a los dos, sobre todo a Ioh, que no era del tanto amigable. Haru, fue con todos a un fotógrafo, y este, les sacó una foto a los 4. Sakuragi estaba haciendo con la mano una seña de amor y paz con su mano izquierda, este estaba ganado a la derecha, Ioh estaba a la izquierda con las manos en los bolsillos mostrando una leve sonrisa, mientras que Mafuyu estaba en medio y Haru lo abrazaba por detrás. La noche había caído, y Haru se marchó a casa junto a los demás. Mafuyu volvió a su domicilio, un departamento que era mantenido por un familiar.
En su departamento, Mafuyu miraba aquella foto, en donde sus compañeros de habitación junto a Gantz, estaban juntos, sonriendo. El muchacho era por primera vez feliz, todos esos años de tortura, estaban siendo por primera vez recompensados. Dejó la fotografía en el velador que estaba al lado de su cama, y se acostó.
Un nuevo amanecer mostraba un hermoso día de primavera, con un hermoso sol pero un aire frío de invierno. Era un día lunes, feriado. Mafuyu se preparaba felizmente, ya que se vería con Haru en un parque... pero, algo extraño, la llamada de Gantz lo alarma. Sorprendido, el chico se pone velozmente el traje... era de día, Gantz siempre llamaba de noche, era raro. La transferencia empieza.
Una vista confusa, incluso para los más viejos de Gantz... la habitación estaba llena de personas, estaban por todas partes, pasillos, baños, etc... Mafuyu se alarmó y empezó a buscar a sus compañeros. Encuentra a Sakuragi y a Ioh, este se acerca alarmado y habla:
-Ioh, la habitación... ¿Qué sucede, por qué hay tantas personas aquí?-.Preguntó Mafuyu.
-No lo sé Mafuyu, primera vez en mis 4 años que veo tanta gente.
-¿Nunca había pasado esto?.-Incrépelo Sakuragi.
-No, nunca. Quizás...
-¿Quizás qué Ioh?.-Habló Sakuragi.
-Quizás... nos enfrentemos a algo difícil esta vez. Lo que ha estado haciendo Gantz, es reclutar a las personas que habrían muerto en los días posteriores a la juguetería. Por eso, no nos había llamado para otras misiones, ya que estaba preparándose.
-Gantz se estaba armando...¡Haru!-.Gritó Mafuyu.
Este, buscó y buscó... pero, de repente !Ahhh, un león!, se escuchaba entre las personas. Todos abrieron paso para un viejo conocido, este era el puma. Pero, el puma se acerca a alguien y lo acaricia, esta, era Haru, que al ver al puma, se agacha y le devuelve el gesto.
Mafuyu al ver a Haru, sonríe y se acerca a ella.
-Estaba preocupado Haru.
-Jejeje... en verdad este animalito está bien domesticado. Mafuyu, ¿Es normal que haiga tanta gente?
-Haru... está vez, esto será peligroso. Por eso, no te alejes mucho.
-Eso no suena bien... ¿Qué haremos?
De pronto, Sakuragi grita avisando del peligro que se aproximaba, pero solo consigue que algunos tomen armas. Pero nadie se pone traje, de pronto, la esfera toca la música y en su pantalla dice:
Ahora, sus 30 vidas están en mis manos.... espero lo máximo de ustedes.
Kill-Alien.
Características: Muy fuerte, veloz, sanguinario.
Lo que le gusta: Asesinar.
Lo que no le gusta: Seres humanos.
Todos empezaron a reír... de pronto, ante el miedo, son transferidos a las afueras de una fábrica de electrodomésticos a las afueras de Hiroshima, esta fábrica, estaba abandonada por mucho, por presuntos homicidios sin resolver, el último, fue hace 3 semanas.
Todos impactados, de pronto... la rejilla de uno de los garach se abre lentamente, y se logra ver una figura con características humanas. Medía 2 metros de alto y usaba una armadura.
-Nosotros no lo buscamos… él nos vino a encontrar.-Habló Ioh con angustia en su rostro.
"Un sentimiento hermoso que nos envuelve para luego dejarnos en el abismo profundo".
