Capítulo 12 Frente al destino
Las tropas en la playa de la isla central seguían combatiendo los soldados igualitarios estaban siendo derrotados, no quedaban más de veinte en la última unidad que estaban en el frente, defendiendo la última unidad donde estaban los heridos y los vehículos con los que habían llegado.
El capitán salto por detrás de una de las barricada y lanzó un latigazo de agua control que agarro del cuello a uno de los soldados que se distrajo por intentar cargar su arma de nuevo.
El capitán jaló hacia el al soldado por el cuello y lo azotó varias veces contra el piso y al final lo lanzó contra una estaca metálica que había surgido de la batalla donde el soldado quedo enterrado.
Un segundo soldado se levantó por detrás de la barricada y disparó con una metralleta y le apuntó a ese capitán, pero antes de presionar el gatillo antes de que su cabeza fuera alcanzada por un filoso clavo.
Otro soldado se levantó y arrojo una granada la cuál explotó en el aire y segundos después explotó la cabeza de ese soldado.
Dos soldados que estaban muy cerca dejaron caer las granadas de humo y un segundo después el piso debajo de ellos se abrió y ambos cayeron a una trampa con picos de tierra control donde ambos quedaron enterrados.
Un Francotirador, soldado de la nación del fuego le disparó a otro de los soldados cuando terminó de preparar una lanza cohetes y luego volvió a disparar varias veces más
Dos soldados de la nación del fuego saltaron a la acción uno junto sus manos y lanzó una potente ráfaga de aire control que giraba como un remolino, mientras que el otro lanzó una ráfaga de fuego control que al entrar en el remolino de aire este se convirtió en una ráfaga de fuego que calcinó a otro de los soldados.
Hubo un disparo más proveniente de una pistola por parte de un mercenario que había sido contratado por la nación del fuego, se trataba de un hombre alto de piel negra bastante robusto cuya cara estaba bastante barbuda, su cabello negro estaba cortado casi a rape de los lados y de la parte posterior casi no tenía cabello y de arriba tenía uno o dos centímetros de cabello, el al igual del equipo de mercenarios al que pertenecía no vestían con el uniforme rojo militar de la nación del fuego, este vestía de unas ropas militares de color negro.
Dos soldados igualitarios se levantaron para disparar pero antes de disparar los cuerpos de ambos comenzaron a apuntarse el uno al otro y entre ellos se mataron por los disparos de sus armas.
El mismo maestro agua uso el agua que quedo y la lanzó en forma de un proyectil de hielo que atravesó el costado del soldado que cayó hacia atrás tirando su arma, el maestro agua retiró el proyectil de hielo y lo volvió a hacer agua para usarlo como látigo agarrando al siguiente soldado del tobillo para jalarlo y comenzar a azotarlo una y otra vez hasta que quedo estampado al suelo completamente inmóvil.
Un maestro fuego dio un golpe con una brazo luego con el otro después con ambos brazos el bloqueador de chi esquivo las llamaradas sin dejar de apuntar con el rifle mientras retrocedía, estaba tan asustado que apretaba el gatillo pero no salían balas, mientras el maestro fuego avanzaba hacia el con toda seguridad lanzando más fuego hasta que el soldado se tropezó con el cadáver de uno de sus compañeros sin poder moverse el maestro fuego le lanzó un golpe doble de fuego calcinándolo.
El Robusto mercenario comenzó a caminar hacia los últimos soldados que quedaban, cargo su arma con un nuevo cartucho de balas y comenzó a disparar contra los soldados enemigos que quedaban, no atino a todos sus tiros, cuando solo quedo un último soldado enemigo este comenzó a retroceder.
El mercenario guardo su pistola, tomo posición de embestida muy parecida a la que usaban los jugadores de Rugby, tomo impulso y se abalanzó sobre el bloqueador de chi tirándolo contra el piso, este volvió a sacar su arma y le apuntó al soldado.
-Ese tipo de armas solo tiene diez balas y las conté no tienes más y yo sí.
El bloqueado de chi sacó una pistola y con ella apuntó a ese mercenario.
-no importa sé que tú tampoco tienes balas y sé que no dispararas si las tuvieras- le respondió de forma seca y seria mientras él agarró la pistola y la acercaba a su frente.
Nervioso el soldado bloqueador de chi soltó el arma dejándola caer al piso.
-bien tu ganas hazme prisionero, ten piedad no he matado a nadie ni los he lastimado-
-acaso tus líderes tuvieron piedad cuando mataron a mis padres que no eran maestros nunca mataron a nadie y tampoco lastimaron a nadie.
El soldado no maestro le dio un potente golpe en la cara al temeroso bloqueador de chi seguido de varios golpeas más hasta que quedo en el piso muy lastimado el soldado agarro otra pistola y le disparo, el tiro de gracia.
Hubo un grito de gloria por parte de casi todos los presentes menos de aquel mercenario que volteo a ver hacia el cielo lejano.
Aquellas nubes que se movían de manera habitual el mercenario podía percibir algo siniestro en el cielo.
-¿sucede algo?-preguntó otro de los mercenarios
-¿está fue una la invasión definitiva de los igualitarios a la nación del fuego?-preguntó ese mercenario sin voltear a ver a su compañero.
-¿Qué quieres decir?-
-que hay algo que no cuadra-
La batalla había acabado, los soldados gritaron con alegría festejando la victoria una vez más no habían podido con la nación del fuego
Burai había quedado inconsciente después de unos minutos el ataque del comandante Kameo comenzó a tener un efecto que le provocó un dolor muy fuerte en los huesos a Burai que lo dejó inconsciente.
Cuando el chico despertó este abrió un poco el ojo derecho, sentía como lo habían recostado boca arriba en una mesa o algo así, le habían descubierto el torso y los soldados del ejército igualitario que se le había unido habían estado intentando reanimarlo
En eses momento sintió como una fría sensación recorrió todo su torso.
-se supone que el agua es curativa- dijo un poco molesto uno de los soldados.
-disculpa nunca he sido bueno en esto de la curación, la última vez que practique fue hace tres años y no se mucho de esto.
-¿Estás bien Ren? Parece como si fueras a llorar de rabia-preguntó Ken al ver como uno de los soldados se encontraba sentado en cunclillas en un rincón aferrándose fuertemente encajando sus dedos en las rodillas
-No, no estoy bien estoy en un momento… hace veintitrés años y fracción mi padre fue asesinado en la guerra de la toma de la ciudad república por el hijo del Avatar Korra, mi abuelo otros veinte años antes, hace cuarenta y tres fue asesinado por uno de los seguidores del avatar, mi bisabuelo hace setenta años fue asesinado de la misma manera y antes de eso…bueno toda mi familia ha peleado desde hace generaciones a favor de los igualitarios… contra el avatar y ahora yo estoy a unos metros del avatar en plena invasión de la nación del fuego y el avatar débil y… perdón pero la tentación de enterrarle un cuchillo es muy grande-
Burai con un poco de dificultad abrió ambos ojos por completo, vio que encima del chico estaba el techo que era de madera y que no entraba mucha luz y que lo rodeaban unos doce soldados del ejército igualitario.
Burai respiro profundamente pensando en que responderle para calmar a ese tipo, había crecido lleno de odio hacia el avatar y tenía mucha razón pero que decirle podría improvisar, quizás diciéndole que no es el único pobre diablo al que el mundo se le ha caído encima.
-sabes- Burai hablo levantando un poco la voz- yo también crecía con odio, mi papá murió hace diez años defendiendo los últimos estados del Reino Tierra, crecía con el odio hacia los igualitarios y con miedo a los bloqueadores de chi, escondiendo que era maestro tierra, tú también vives con el odio por lo de tu papá, puedes matarme si eso te hace feliz pero no lo traerá de vuelta.
Burai intentó ponerse de pie pero su cuerpo no reaccionó este quedo inmóvil y tieso como una tabla.
-Burai espera esa curación que te hicimos no funcionó- intervino Ken
-tampoco las técnicas de desbloqueo de Chi que te hicimos-intervino otro soldado
-yo escapé de mi hogar cuando supe que lo igualitarios comenzarían una inspección a fondo para asesinar a cada maestro que existía, quería unirme al avatar, pero yo soy el avatar y esto que vamos a hacer es el único plan que tengo, una vez que los maestros y los no maestros vuelvan a vivir juntos en paz si aún estás enojado dejare que cortes mi cabeza-
-Ya lo tengo listo- intervino alegremente después de unos segundos después de que Burai hablo provocando un silencio muy incómodo.
El soldado igualitario entro a la habitación sosteniendo mediante metal control unas agujas metálicas.
-estuve practicando a escondidas está técnica solo que me ha costado ajustarla a su medida.
El soldado se acercó a Burai y son dejar de sostener las agujas este se sentó en un banquito de madera y movió las agujas hacia Burai.
-puede que esto te vaya a doler pero valdrá la pena-
El soldado bajó las agujas hacia Burai en diferentes partes de su cuerpo no solo en el torso también en el cuello los brazos y las piernas.
Fue un momento muy fuerte de no ser porqué estaba paralizado Burai hubiese puesto tensión en todo el cuerpo y le hubiera dolido todavía más de lo que ya le dolía, segundos después las agujas salieron del cuerpo de Burai.
-pónganlo de espaldas-
Entres dos de los soldados agarraron a Burai y le dieron la espalda para ponerle de nuevo las agujas ahora en la espalda y segundos después salieron ene se momento Burai sintió como sus dedos reaccionaron y comenzaron a moverse, el chico también movió los dedos de sus pies.
-todavía no acabamos- dijo la voz de Luten
Los soldados se hicieron a un lado mientras que Luten sacó de sus manos fuego control de llamas de color amarillo, Luten acercó las llamas al cuerpo de Burai mientras comenzaba a susurrar a velocidad una especie de cantó.
Era una de las canciones que solían cantar los guerreros del sol en las danzas de las hogueras cuando se les daba gloria a los caídos.
Luten recorrió toda la espalda de Burai dando círculos con esas llamas amarillas y cuando terminó junto ambas manos en donde estaba el corazón del chico y Luten introdujo ese fuego amarillo dentro del cuerpo de Burai.
Burai no sintió una quemadura ni ningún tipo de dolor cuando se le introdujo ese fuego amarillo, pero si sintió como si una chispa s encendiera dentro de él, como si toda su energía lo revitalizará, el chico coloco sus manos en la mesa sobre la que estuvo acostado y lentamente comenzó a levantarse y cuando bajo de la mesa apretó las manos sentía mucha fuerza en ella.
-con lo del agua pudieron reanimarte, con las agujas pudieron quitarte toda la parálisis y con esta técnica de fuego has recuperado tu fuerza pero tu chi aún está bloqueado a lo mucho puede que regrese después de unas horas- dice Luten
-¿dónde estamos?-preguntó Burai
-en un barco de los guerreros del sol- responde Luten
-han pasado cuatro horas desde que dejamos al comandante- informa uno de los soldados igualitarios.
-nos dirigimos hacia la isla central a la torre de comunicaciones ya tenemos suficientes grabaciones- dice otro de los soldados.
-¿y la invasión?-preguntó Burai
-bueno de las once flotas restantes, doce incluyendo la nuestra, tres de las flotas de la nación igualitaria han sido destruidas, literalmente los soldados de la nación del fuego han asesinado a todos los soldados igualitarios y no han dejado sobrevivientes, otras cuatro flotas están a la defensiva y a punto de ser derrotadas, otras tres han avanzado pero no mucho y también a la defensiva y no les quedan muchos soldados y la última flota de barcos la que invadirá la capital también ya fue derrotada- informó Ken
-no entiendo por qué si los igualitarios se han hecho más fuertes y la nación del fuego más débil ¿cómo es que la nación del fuego está ganando? ¿No debieron haber enviado a un ejército mucho mejor preparado para algo así? -preguntó otro de los guerreros
No hubo respuesta, cosa que dejó pensando a Burai en que algo muy raro estaba pasando, si de verdad querían tomar la nación del fuego por la fuerza debieron mandar al menos el doble o el triple de soldados.
-sabemos que la nación del fuego ha reclutado mercenarios y ha usado a los prisioneros más peligrosos dándoles libertad completa a cambio del servicio.
-aun así no es suficiente, bueno yo no lo creo- susurró Luten de manera perfectamente entendible.
-es una distracción-intervino el soldado que había dicho que quería matar a Burai- quieren que la flota central sea derrotada y junto con todas las demás excepto por unas dos o tres flotas de esa forma el señor del fuego mandaría tropas de la defensa nacional a auxiliar a esas islas y acabar con la invasión, después de esos cundirá el pánico en las demás islas de la nación del fuego las que ya fueron ocupadas y con eso comenzarán a retroceder, el señor del fuego al ver eso enviará a la marina, a la infantería y a la fuerza aérea a intentar recuperar esas islas, eso debilitará la seguridad del señor del fuego ya que mandará a la defensa y a la policía a ayudar a los civiles, una vez con el casi desprotegido llegará una treceava flota que atacará el castillo del fuego y al señor del fuego, tomarán prisioneros a la primera dama y al príncipe y obligarán al señor del fuego a firmar un acta de rendición, donde el entrega sus territorios y todo su arsenal bélico a la nación igualitaria, el control de los elementos se hace ilegal y en lo que la nación igualitaria recupera la fuerza que perdió, obteniendo más soldados y más armas en unos cinco años o quizás menos invadirá la tribu agua del polo norte y ellos ganan-
Burai encontraba la conversación de ese soldado que se veía bastante más grande que la mitad de los soldados que acaba de encontrar, pero había algo siniestro en el tono en que lo decía y se volvió más siniestro cuando mencionó lo del acta de rendición, pero su explicación no termina ahí su explicación aún continuaba.
-… y si eso no funciona la nación igualitaria lanzará al pacificador-
-¿el qué?- preguntaron todos los presentes a la vez
-es una gigantesca bomba de plutonio que lanzarán desde un avión que destruye todo a su paso, reducirá esa isla a cenizas, por lo que sé puede que el avión que sostiene a esa bomba ya esté en camino a la capital
-¿Cómo sabes eso?-preguntó Luten
-simple tengo familiares trabajando en la policía militar y en inteligencia, llevan meses trabajando siguiendo al comandante Curbage, y hace poco revelo ante la comandante Nadira lo de la bomba, con o sin guerra esa bomba va a destruir la nación del fuego.
-espera, espera, espera, el presidente Vasco no puede hacer eso, si se sabe que hicieron algo así toda la población estará asustada y se revelarán contra el- intervino Ken
-no lo creo, hay mucha gente por encima del presidente Vasco que de verdad están muy interesados en que el pacificador explote-
Una vez más todo el mundo se quedó callado ante lo que dijo Ren, Burai no podía creer lo que había dicho, pero en verdad harían algo así, no pueden hacerlo.
-tendremos que rezar para que el plan de Burai sirva y los haga entrar en razón- dijo otro de los soldados.
-a los que están por encima del presidente lo dudo, pero si convence a los soldados y a los civiles suficientes podría retrasar ese misil- respondió Ren
- pues en este momento vamos en línea recta hacia la capital con una bandera blanca, tenemos fe en que el ejército no nos dispare y nos maten- dijo Luten una vez más interrumpiendo el incómodo silencio
-¿Cuánto falta para llegar?-preguntó otro de los soldados
-unas dos horas quizás-
-¿Cuánto falta para que las flotas restantes sean derrotadas y el señor del fuego mande a todas sus tropas para recuperar las islas?-preguntó Burai
-ya todas la tropas igualitarias han caído y el señor del fuego ha llamado a todos sus generales, está por dar la orden- interrumpió la voz del emperador.
El emperador ya estaba dentro de la habitación ni lo habían visto entrar.
-emperador-
Burai instintivamente junto con Luten hicieron una leve reverencia cosa que no hicieron los soldados ya que no conocían al emperador.
-la buena noticia es que todos nuestros barcos se han unido y todos los guerreros del sol han copiado tu idea Burai pero solo tú has reunido a semejante cantidad de gente.
-…muchas gracias emperador – respondió Burai
-¿Cuánto falta para que lleguemos a la isla central?- preguntó Luten
-casi dos horas- respondió el emperador
Se escuchaba mal si el señor del fuego ya estaba en su reunión de guerra quizás dentro de poco daría la orden de atacar el resto de las islas.
-si tan solo pudiéramos interferir en esa treceava flota- dijo el chico viendo por la ventana de ese camarote.
-tenemos tiempo para comer algo, apenas desayunamos- propone uno de los soldados.
-si pero creo que primero deberíamos enfocarnos en hacer que Burai recuperé sus controles, si vamos a hablar con los igualitarios y con el señor del fuego entonces lo mejor es que Burai haga una demostración-
-no es necesario- intervino Burai
Era verdad ya habían hecho mucho por el curándolo de ese horrible ataque.
En ese momento entro otro de los guerreros entró a esa habitación.
-emperador dos barcos de la nación del fuego están por alcanzarnos y quieren permiso de abordaje- informó el guerrero.
-yo me encargaré de eso- respondió el emperador antes de voltearse hacia los soldados que se intranquilizaron al escuchar de la revisión.
-tranquilos sus armas están escondidas y sus uniformes ya se los han cambiado solo hagan como si nada, yo hablaré.
Burai ni había prestado atención en que los soldados ya no estaban vestidos como militares igualitarios, estaban vestidos como civiles con ropa vieja.
El emperador salió de la habitación y todos se quedaron en silencio por varios minutos, mientras que por la ventana pudieron ver como un barco se detuvo muy cerca del barco del que venían escucharon a varias personas subir quien estaba a cargo parecía ser alguien enfurecido.
-el señor del fuego ha prohibido que cualquier barco militar llegue a la costa de la isla central- dijo de manera agresiva el oficial al mando.
-no somos un barco militar, traemos soldados dentro pero venimos en una misión pacífica- dijo de forma imperativa el emperador del sol controlando su volumen de voz levantándolo y bajándolo de diferentes formas en cada palabra que decía de verdad si era un líder ya que la forma en que respondió el oficial cambió de manera repentina.
-¿Qué tipo de misión?-
-vamos a enviar una transmisión a todo el mundo para detener la guerra- respondió el emperador.
Burai le entró una duda sería seguro decir el plan a los soldados de la nación del fuego, bueno Burai no era un experto pero sabía que la nación del fuego tuvo muy mala fama incluso después de la guerra de los cien años, pero aun siendo una tierra prometida para los maestros de los elementos pero se podrá confiar en ellos.
-ya se han lanzado varias transmisiones y no han servido, que le hace pensar que está va a funcionar-
-porqué esas transmisiones son solo mensajes dando declaración de guerra abierta este mensaje es un video de cómo unos soldados igualitarios han detenido la lucha en la isla Ember y de cómo hay maestros en el ejército igualitario.
En ese momento Ken le toco varias veces el hombro a Burai y este volteo a ver, Ken le estaba pasando unas nuevas ropas a Burai las que tenían estaba muy sucias y rotas.
Burai se cambió de ropa ahora vestía con pantalones de mezclilla y una camisa blanca de manga corta sostenida por tirantes.
-… muy bien daré la autorización pero más adelante revisaremos el barco y deberán entregar todas su armas-
-también debemos pedirle que debó hablar con el señor del fuego en persona-
Minutos después de esa gran tensión el barco volvió a ponerse en marcha a toda velocidad, Burai no pudo escuchar la respuesta de ese soldado que hablo con el emperador, pero suponía que las cosas podrían ir bien de ese punto en adelante.
Apenas les dio tiempo para que todos comieran algo y para charlar, también hubo que cambiar lugares con los remadores para continuar con la marcha, Burai se sentó junto a Luten y junto con Ren en una mesa casi al final de la cámara donde estaban los remos y como los soldados igualitarios se unieron al equipo de remadores los barcos pudieron ir más rápido.
-se me acaba de ocurrir Burai que probablemente tendremos que combatir a esa división de ataque sorpresa y sin tus controles para detenerlos puede que necesites usar armas-
-tengo quince años, en ningún pueblo o ciudad la ley autorizaría que alguien de mi edad usara armas de fuego y vaya al combate- dijo Burai
-bueno es tu protección somos soldados maestros y no maestros y no podemos garantizar por completo tu seguridad-
-lo sé pero… preferiría no tener…
Sonó el cuerno del barco que usaban para indicar la llegada de los guerreros a la costa, poco a poco dejaron de remar ya todos adoloridos y algo cansados se levantaron de sus sillas y comenzaron a salir del barco hacia el exterior.
Ya había anochecido, en aquella costa apenas se podían ver las estrellas, esto era debido a que todo el barco estaba iluminado por antorchar que habían sido hechas por fuego control de los guerreros.
Aunque habían salido a la cubierta no habían comenzado a descender por alguna razón, Burai vio como algunos de los soldados igualitarios sacaron sus armas de fuego, cosa que intranquilizó a Burai.
-¿de verdad van a entregarlas?-preguntó el chico mientras que otras luces, estás provenientes de gigantescas lámparas eléctricas colocadas en otros barcos, dos barcos por cada barco de los guerreros que llegó a tierra los iluminaron.
-claro que si- respondió Ken
-por cierto Burai- intervino Luten- el emperador del sol me ordenó que te diera esto, se supone que aún es demasiado pronto para que reveles tu identidad ante el mundo así que la mejor opción es que te hagas pasar por un soldados igualitario
Luten le pasó a Burai una pistola negra, el chico pensó que sería una pistola de juguete, peor cuando la agarró y sintió su peso cayendo en su mano se dio cuenta de que esa pistola era real.
-en serio-
-Burai tienes que hacerte pasar por un soldado- dijo Luten- obviamente no te quedarás con está pistola, pero si te deben ver entregándola y por eso también te cortamos el cabellos.
Burai ni se había dado cuenta de eso también había tenido la mente tan ocupada que ni se dio cuenta que le habían cortado el cabello casi a rape.
El chico paso los dedos entre su cabello se sentía extraño la verdad no esperaba que le hicieran eso, bueno el cabello volvía a salir y la verdad sentía que en ese momento no le importaba, pero si le importaba no tener que disparar esa pistola que tenía sostenida con sus dos manos
-me gustaba largo, solo espero que no nos maten-
-no tienen permitido atracar en el muelle, en segundos los marino pasaran para quitarles sus armas deberán entregarlas quien se oponga será ejecutado- gritó una voz masculina a través de un altavoz.
Si intentan disparar ni lo piensen les estamos apuntando con misiles a sí que manos arriba.
No les quedaba de otra más que obedecer, los maestros tenían motivos de sobra para desconfiar de un grupo de soldados y llevar banderas blancas no significaba nada.
Una vez que el barco estuvo a escasos metros de el mandaron el puente y una docena de soldados uno de ellos gritó de mala manera que entregaran las armas, no quedaba de otra.
Los soldados pisaron la cubierta del barco llevando un contenedor de madera bastante voluminoso, mientras los soldados fueron depositando pistolas, cuchillos, fusiles de asalto, granadas y municiones, Burai se fue acercando poco a poco y deposito la pistola dentro tratando de asegurarse de que lo vieran entregando su arma no la extrañaría a hora que tenía sus controles de nuevo.
Una vez que acabaron los soldados se retiraron al otro barco llevándose consigo el puente que conectó a ambos barcos, el barco se alejó, pasó un silencio muy incómodo, ahora que pasaría.
-espero que funcione o mataremos a su líder-le susurró el soldado que salvó del helicóptero en llamas.
Algunos de los soldados reaccionaron a ver a Burai, otros los guerreros del sol reaccionaron a ver al emperador, entonces si el plan fallaba lo matarían a el, o matarían al emperador.
Ahora tiene permiso para atracar, su líder debe ir primero y todos los demás deberán ir detrás de ella con las manos en la nuca- anunciaron por el megáfono
Más condiciones de entrada, Burai caminó hacia el otro lado del barco, mientras bajaban las escaleras para descender el emperador se abrió paso a empujones por su voluminosos cuerpo para bajar primero.
Burai avanzó después de varios soldados colocando sus manos en la nuca mientras bajaba sentía como cientos de soldados les apuntaban con armas y controles, cuando Burai puso un pie en tierra firme no pudo evitar sentirse nervioso ese momento fue cuando le apuntaban él no estaba en la orilla así que seguramente no habían visto que no era un soldado ya habiendo dado varios pasos las filas comenzaron a disminuir su velocidad y al final se detuvieron en seco justo cuando todos los soldados traidores pusieron un pie en la tierra.
-ahora todos ustedes pasaran por una revisión-
En fila todos los que bajaban de los barcos comenzaron a ser revisados, para Burai eso era una perdido de tiempo como es posible que no se dieran cuenta que estaban perdiendo valioso tiempo la última flota de ataque del ejército igualitario ya debía estar en la silla preparándose para atacar.
Los revisaban de fila en fila de manera vertical a cómo llegaron, de treinta en treinta soldados, los maestros metal usaron sus controles para detectar armas metálicas, después les revisaban el cuerpo entre la ropa para asegurarse de que no tenían alguna arma que no estuviera hecha de metal, de verdad no se tardaban entre grupo y grupo pero entre más se tardaban, fácilmente eran cinco veces más y francamente la revisión podría ser más rápida.
Cuando los soldados encendieron luces, frente a la treintena de soldados entre los que se encontraba Burai, el chico estuvo a punto de cubrirse la cara con las manos, pero estaba a prueba, Burai por fin pasó después de quince filas algunas antes que al final, con las manos en la nuca todavía, el chico pasó al frente el maestro metal hizo un movimiento no pasó nada, con suerte, el grupo donde estaba Burai caminó hacia la otra revisión, caminando más hacia adelante a donde estaban más soldados.
Por fin terminó la revisión ahora podía pasar completamente tranquilo, quizás podrían intentar hacer sus controles y acercarse junto con otros doce soldados al menos hacia el señor del fuego y protegerlo mientras que el resto ayudaría con la transmisión.
Burai pasó entre los soldados de la nación del fuego con las manos en la nuca cuando llegaron al final de la zona por fin pudo bajar las manos y dio un fuerte respiro.
-Atención, atención las flotas de la marina, la infantería y la fuerza aérea van a salir por el muelle cinco, favor de despejar el área- dijeron por el altavoz.
Eso no podía ser la nación del fuego estaba desprotegida y en cuestión de minutos iniciaría el verdadero ataque, necesitaba estar junto al señor del fuego lo más pronto posible, no tenía de otra dependía de sus controles.
Burai comenzó a caminar discretamente hacia la ciudad tenía que hacer algo, si sus controles iban a regresar esa era el momento ideal para hacerlo.
Antes de que Burai pudiera avanzar más de diez pasos, vio como a un grupo de soldados de la nación del fuego que vestían de forma diferente al resto de los soldados, estos pasaron enfrente de él estorbándole el paso, algunos voltearon a verlo con indiferencia.
Cuando estos terminaron de pasar el chico sintió como lo jalaron del cuello de la camisa hacia atrás, por un segundo el chico pensó en los guerreros del sol que no querían dejarlo ir desprotegido.
-no tenemos tiempo de…-
-¿Qué es lo que haces aquí?, ¡no deberías estar!, tras los problemas que he tenido durante este tiempo- Burai no comprendió muy bien esa última frase- ¡Tú no eres un soldado del ejército igualitario y tampoco de los resurgistas ni de la nación del fuego!- le dijo el mercenario negro que había matado al último soldado igualitario.- responde ¿Qué es lo que haces aquí?-
Burai no entendió que lo pasó ese hombre sea quien sea lo miraba fijamente, parecía como si estuviera enfurecido de ver a algún enemigo del colegio después de varios años, pero la forma en que le hablaba se le hacía extraño normalmente pregunta primero el nombre y que es lo que buscas en ese lugar, pero esas preguntas o la forma en que las hacían iban hacia una persona conocida.
Burai no contesto ya que no estaba del todo preparado para una pregunta así, se trataba de un hombre que con tan solo verlo se dio cuenta de que no era del ejercitó igualitario ni de la nación del fuego.
-responde ¿Qué es lo que haces aquí?-preguntó aquel hombre subiendo su volumen de voz.
Burai no contestó que no la pregunta debería ser quien era el y que quería en ese lugar, bueno soltó debía responder lo que le preguntaron.
-Vengo a salvar a la nación del fuego y a terminar la guerra ya debieron haberte dicho.
-¿a dónde te dirigías?-preguntó de manera más seria.
-¿¡qué está pasando aquí!?-preguntó una voz femenina
-nada señorita Shiori es un asunto personal- respondió el hombre.
Burai ni volteó a ver a la mujer que había hablado debía lleg.ar al palacio antes de que llegara la flota a atacar al señor del fuego.
-¡una flota atacara por sorpresa al señor de fuego!-gritó Burai
-¿cómo lo sabes?-preguntó la mujer que todavía estaba detrás de Burai
-¡inteligencia hizo la investigación, los igualitarios no mandaron a una flota muy fuerte!, ¡está flota debía ser derrotada para que el señor de fuego se desproteja así mismo!, ¡van a mandar una flota extra!-
Pasaron varios segundos muy tensos para el chico antes de que alguien lo agarrara por el cuello y lo subieran a un animal
-¡agárrate y no grites!- dijo la joven mujer.
Burai se aferró a la espalda de esa mujer antes de que ese animal comenzará a correr por la calle de la ciudad costera.
Estaba montando sobre un animal el cuál el chico no podía ver, pero no le era tan dificl ya que estaba acostumbrado a montar en Argus.
El animal pasó a través de las calles y unos segundos después se unieron un tanque y varios vehículos de combate rumbo al palacio real del fuego, una vez que salieron de aquella ciudad a oscuras, únicamente iluminada por las luces de las ases y campamentos militares improvisados en la ciudad.
Comenzaron a subir colina arriba, tan rápido como ese animal podía correr.
Burai tampoco podía ver la cara de aquella mujer lo único que podía ver era su cabello de color café claro atado con una cola de caballo, quien sería está mujer y porqué montaba un animal y no una motocicleta o un automóvil.
Las tropas en la playa de la isla central seguían combatiendo los soldados igualitarios estaban siendo derrotados, no quedaban más de veinte en la última unidad que estaban en el frente, defendiendo la última unidad donde estaban los heridos y los vehículos con los que habían llegado.
El capitán salto por detrás de una de las barricada y lanzó un latigazo de agua control que agarro del cuello a uno de los soldados que se distrajo por intentar cargar su arma de nuevo.
El capitán jaló hacia el al soldado por el cuello y lo azotó varias veces contra el piso y al final lo lanzó contra una estaca metálica que había surgido de la batalla donde el soldado quedo enterrado.
Un segundo soldado se levantó por detrás de la barricada y disparó con una metralleta y le apuntó a ese capitán, pero antes de presionar el gatillo antes de que su cabeza fuera alcanzada por un filoso clavo.
Otro soldado se levantó y arrojo una granada la cuál explotó en el aire y segundos después explotó la cabeza de ese soldado.
Dos soldados que estaban muy cerca dejaron caer las granadas de humo y un segundo después el piso debajo de ellos se abrió y ambos cayeron a una trampa con picos de tierra control donde ambos quedaron enterrados.
Un Francotirador, soldado de la nación del fuego le disparó a otro de los soldados cuando terminó de preparar una lanza cohetes y luego volvió a disparar varias veces más
Dos soldados de la nación del fuego saltaron a la acción uno junto sus manos y lanzó una potente ráfaga de aire control que giraba como un remolino, mientras que el otro lanzó una ráfaga de fuego control que al entrar en el remolino de aire este se convirtió en una ráfaga de fuego que calcinó a otro de los soldados.
Hubo un disparo más proveniente de una pistola por parte de un mercenario que había sido contratado por la nación del fuego, se trataba de un hombre alto de piel negra bastante robusto cuya cara estaba bastante barbuda, su cabello negro estaba cortado casi a rape de los lados y de la parte posterior casi no tenía cabello y de arriba tenía uno o dos centímetros de cabello, el al igual del equipo de mercenarios al que pertenecía no vestían con el uniforme rojo militar de la nación del fuego, este vestía de unas ropas militares de color negro.
Dos soldados igualitarios se levantaron para disparar pero antes de disparar los cuerpos de ambos comenzaron a apuntarse el uno al otro y entre ellos se mataron por los disparos de sus armas.
El mismo maestro agua uso el agua que quedo y la lanzó en forma de un proyectil de hielo que atravesó el costado del soldado que cayó hacia atrás tirando su arma, el maestro agua retiró el proyectil de hielo y lo volvió a hacer agua para usarlo como látigo agarrando al siguiente soldado del tobillo para jalarlo y comenzar a azotarlo una y otra vez hasta que quedo estampado al suelo completamente inmóvil.
Un maestro fuego dio un golpe con una brazo luego con el otro después con ambos brazos el bloqueador de chi esquivo las llamaradas sin dejar de apuntar con el rifle mientras retrocedía, estaba tan asustado que apretaba el gatillo pero no salían balas, mientras el maestro fuego avanzaba hacia el con toda seguridad lanzando más fuego hasta que el soldado se tropezó con el cadáver de uno de sus compañeros sin poder moverse el maestro fuego le lanzó un golpe doble de fuego calcinándolo.
El Robusto mercenario comenzó a caminar hacia los últimos soldados que quedaban, cargo su arma con un nuevo cartucho de balas y comenzó a disparar contra los soldados enemigos que quedaban, no atino a todos sus tiros, cuando solo quedo un último soldado enemigo este comenzó a retroceder.
El mercenario guardo su pistola, tomo posición de embestida muy parecida a la que usaban los jugadores de Rugby, tomo impulso y se abalanzó sobre el bloqueador de chi tirándolo contra el piso, este volvió a sacar su arma y le apuntó al soldado.
-Ese tipo de armas solo tiene diez balas y las conté no tienes más y yo sí.
El bloqueado de chi sacó una pistola y con ella apuntó a ese mercenario.
-no importa sé que tú tampoco tienes balas y sé que no dispararas si las tuvieras- le respondió de forma seca y seria mientras él agarró la pistola y la acercaba a su frente.
Nervioso el soldado bloqueador de chi soltó el arma dejándola caer al piso.
-bien tu ganas hazme prisionero, ten piedad no he matado a nadie ni los he lastimado-
-acaso tus líderes tuvieron piedad cuando mataron a mis padres que no eran maestros nunca mataron a nadie y tampoco lastimaron a nadie.
El soldado no maestro le dio un potente golpe en la cara al temeroso bloqueador de chi seguido de varios golpeas más hasta que quedo en el piso muy lastimado el soldado agarro otra pistola y le disparo, el tiro de gracia.
Hubo un grito de gloria por parte de casi todos los presentes menos de aquel mercenario que volteo a ver hacia el cielo lejano.
Aquellas nubes que se movían de manera habitual el mercenario podía percibir algo siniestro en el cielo.
-¿sucede algo?-preguntó otro de los mercenarios
-¿está fue una la invasión definitiva de los igualitarios a la nación del fuego?-preguntó ese mercenario sin voltear a ver a su compañero.
-¿Qué quieres decir?-
-que hay algo que no cuadra-
La batalla había acabado, los soldados gritaron con alegría festejando la victoria una vez más no habían podido con la nación del fuego
Burai había quedado inconsciente después de unos minutos el ataque del comandante Kameo comenzó a tener un efecto que le provocó un dolor muy fuerte en los huesos a Burai que lo dejó inconsciente.
Cuando el chico despertó este abrió un poco el ojo derecho, sentía como lo habían recostado boca arriba en una mesa o algo así, le habían descubierto el torso y los soldados del ejército igualitario que se le había unido habían estado intentando reanimarlo
En eses momento sintió como una fría sensación recorrió todo su torso.
-se supone que el agua es curativa- dijo un poco molesto uno de los soldados.
-disculpa nunca he sido bueno en esto de la curación, la última vez que practique fue hace tres años y no se mucho de esto.
-¿Estás bien Ren? Parece como si fueras a llorar de rabia-preguntó Ken al ver como uno de los soldados se encontraba sentado en cunclillas en un rincón aferrándose fuertemente encajando sus dedos en las rodillas
-No, no estoy bien estoy en un momento… hace veintitrés años y fracción mi padre fue asesinado en la guerra de la toma de la ciudad república por el hijo del Avatar Korra, mi abuelo otros veinte años antes, hace cuarenta y tres fue asesinado por uno de los seguidores del avatar, mi bisabuelo hace setenta años fue asesinado de la misma manera y antes de eso…bueno toda mi familia ha peleado desde hace generaciones a favor de los igualitarios… contra el avatar y ahora yo estoy a unos metros del avatar en plena invasión de la nación del fuego y el avatar débil y… perdón pero la tentación de enterrarle un cuchillo es muy grande-
Burai con un poco de dificultad abrió ambos ojos por completo, vio que encima del chico estaba el techo que era de madera y que no entraba mucha luz y que lo rodeaban unos doce soldados del ejército igualitario.
Burai respiro profundamente pensando en que responderle para calmar a ese tipo, había crecido lleno de odio hacia el avatar y tenía mucha razón pero que decirle podría improvisar, quizás diciéndole que no es el único pobre diablo al que el mundo se le ha caído encima.
-sabes- Burai hablo levantando un poco la voz- yo también crecía con odio, mi papá murió hace diez años defendiendo los últimos estados del Reino Tierra, crecía con el odio hacia los igualitarios y con miedo a los bloqueadores de chi, escondiendo que era maestro tierra, tú también vives con el odio por lo de tu papá, puedes matarme si eso te hace feliz pero no lo traerá de vuelta.
Burai intentó ponerse de pie pero su cuerpo no reaccionó este quedo inmóvil y tieso como una tabla.
-Burai espera esa curación que te hicimos no funcionó- intervino Ken
-tampoco las técnicas de desbloqueo de Chi que te hicimos-intervino otro soldado
-yo escapé de mi hogar cuando supe que lo igualitarios comenzarían una inspección a fondo para asesinar a cada maestro que existía, quería unirme al avatar, pero yo soy el avatar y esto que vamos a hacer es el único plan que tengo, una vez que los maestros y los no maestros vuelvan a vivir juntos en paz si aún estás enojado dejare que cortes mi cabeza-
-Ya lo tengo listo- intervino alegremente después de unos segundos después de que Burai hablo provocando un silencio muy incómodo.
El soldado igualitario entro a la habitación sosteniendo mediante metal control unas agujas metálicas.
-estuve practicando a escondidas está técnica solo que me ha costado ajustarla a su medida.
El soldado se acercó a Burai y son dejar de sostener las agujas este se sentó en un banquito de madera y movió las agujas hacia Burai.
-puede que esto te vaya a doler pero valdrá la pena-
El soldado bajó las agujas hacia Burai en diferentes partes de su cuerpo no solo en el torso también en el cuello los brazos y las piernas.
Fue un momento muy fuerte de no ser porqué estaba paralizado Burai hubiese puesto tensión en todo el cuerpo y le hubiera dolido todavía más de lo que ya le dolía, segundos después las agujas salieron del cuerpo de Burai.
-pónganlo de espaldas-
Entres dos de los soldados agarraron a Burai y le dieron la espalda para ponerle de nuevo las agujas ahora en la espalda y segundos después salieron ene se momento Burai sintió como sus dedos reaccionaron y comenzaron a moverse, el chico también movió los dedos de sus pies.
-todavía no acabamos- dijo la voz de Luten
Los soldados se hicieron a un lado mientras que Luten sacó de sus manos fuego control de llamas de color amarillo, Luten acercó las llamas al cuerpo de Burai mientras comenzaba a susurrar a velocidad una especie de cantó.
Era una de las canciones que solían cantar los guerreros del sol en las danzas de las hogueras cuando se les daba gloria a los caídos.
Luten recorrió toda la espalda de Burai dando círculos con esas llamas amarillas y cuando terminó junto ambas manos en donde estaba el corazón del chico y Luten introdujo ese fuego amarillo dentro del cuerpo de Burai.
Burai no sintió una quemadura ni ningún tipo de dolor cuando se le introdujo ese fuego amarillo, pero si sintió como si una chispa s encendiera dentro de él, como si toda su energía lo revitalizará, el chico coloco sus manos en la mesa sobre la que estuvo acostado y lentamente comenzó a levantarse y cuando bajo de la mesa apretó las manos sentía mucha fuerza en ella.
-con lo del agua pudieron reanimarte, con las agujas pudieron quitarte toda la parálisis y con esta técnica de fuego has recuperado tu fuerza pero tu chi aún está bloqueado a lo mucho puede que regrese después de unas horas- dice Luten
-¿dónde estamos?-preguntó Burai
-en un barco de los guerreros del sol- responde Luten
-han pasado cuatro horas desde que dejamos al comandante- informa uno de los soldados igualitarios.
-nos dirigimos hacia la isla central a la torre de comunicaciones ya tenemos suficientes grabaciones- dice otro de los soldados.
-¿y la invasión?-preguntó Burai
-bueno de las once flotas restantes, doce incluyendo la nuestra, tres de las flotas de la nación igualitaria han sido destruidas, literalmente los soldados de la nación del fuego han asesinado a todos los soldados igualitarios y no han dejado sobrevivientes, otras cuatro flotas están a la defensiva y a punto de ser derrotadas, otras tres han avanzado pero no mucho y también a la defensiva y no les quedan muchos soldados y la última flota de barcos la que invadirá la capital también ya fue derrotada- informó Ken
-no entiendo por qué si los igualitarios se han hecho más fuertes y la nación del fuego más débil ¿cómo es que la nación del fuego está ganando? ¿No debieron haber enviado a un ejército mucho mejor preparado para algo así? -preguntó otro de los guerreros
No hubo respuesta, cosa que dejó pensando a Burai en que algo muy raro estaba pasando, si de verdad querían tomar la nación del fuego por la fuerza debieron mandar al menos el doble o el triple de soldados.
-sabemos que la nación del fuego ha reclutado mercenarios y ha usado a los prisioneros más peligrosos dándoles libertad completa a cambio del servicio.
-aun así no es suficiente, bueno yo no lo creo- susurró Luten de manera perfectamente entendible.
-es una distracción-intervino el soldado que había dicho que quería matar a Burai- quieren que la flota central sea derrotada y junto con todas las demás excepto por unas dos o tres flotas de esa forma el señor del fuego mandaría tropas de la defensa nacional a auxiliar a esas islas y acabar con la invasión, después de esos cundirá el pánico en las demás islas de la nación del fuego las que ya fueron ocupadas y con eso comenzarán a retroceder, el señor del fuego al ver eso enviará a la marina, a la infantería y a la fuerza aérea a intentar recuperar esas islas, eso debilitará la seguridad del señor del fuego ya que mandará a la defensa y a la policía a ayudar a los civiles, una vez con el casi desprotegido llegará una treceava flota que atacará el castillo del fuego y al señor del fuego, tomarán prisioneros a la primera dama y al príncipe y obligarán al señor del fuego a firmar un acta de rendición, donde el entrega sus territorios y todo su arsenal bélico a la nación igualitaria, el control de los elementos se hace ilegal y en lo que la nación igualitaria recupera la fuerza que perdió, obteniendo más soldados y más armas en unos cinco años o quizás menos invadirá la tribu agua del polo norte y ellos ganan-
Burai encontraba la conversación de ese soldado que se veía bastante más grande que la mitad de los soldados que acaba de encontrar, pero había algo siniestro en el tono en que lo decía y se volvió más siniestro cuando mencionó lo del acta de rendición, pero su explicación no termina ahí su explicación aún continuaba.
-… y si eso no funciona la nación igualitaria lanzará al pacificador-
-¿el qué?- preguntaron todos los presentes a la vez
-es una gigantesca bomba de plutonio que lanzarán desde un avión que destruye todo a su paso, reducirá esa isla a cenizas, por lo que sé puede que el avión que sostiene a esa bomba ya esté en camino a la capital
-¿Cómo sabes eso?-preguntó Luten
-simple tengo familiares trabajando en la policía militar y en inteligencia, llevan meses trabajando siguiendo al comandante Curbage, y hace poco revelo ante la comandante Nadira lo de la bomba, con o sin guerra esa bomba va a destruir la nación del fuego.
-espera, espera, espera, el presidente Vasco no puede hacer eso, si se sabe que hicieron algo así toda la población estará asustada y se revelarán contra el- intervino Ken
-no lo creo, hay mucha gente por encima del presidente Vasco que de verdad están muy interesados en que el pacificador explote-
Una vez más todo el mundo se quedó callado ante lo que dijo Ren, Burai no podía creer lo que había dicho, pero en verdad harían algo así, no pueden hacerlo.
-tendremos que rezar para que el plan de Burai sirva y los haga entrar en razón- dijo otro de los soldados.
-a los que están por encima del presidente lo dudo, pero si convence a los soldados y a los civiles suficientes podría retrasar ese misil- respondió Ren
- pues en este momento vamos en línea recta hacia la capital con una bandera blanca, tenemos fe en que el ejército no nos dispare y nos maten- dijo Luten una vez más interrumpiendo el incómodo silencio
-¿Cuánto falta para llegar?-preguntó otro de los soldados
-unas dos horas quizás-
-¿Cuánto falta para que las flotas restantes sean derrotadas y el señor del fuego mande a todas sus tropas para recuperar las islas?-preguntó Burai
-ya todas la tropas igualitarias han caído y el señor del fuego ha llamado a todos sus generales, está por dar la orden- interrumpió la voz del emperador.
El emperador ya estaba dentro de la habitación ni lo habían visto entrar.
-emperador-
Burai instintivamente junto con Luten hicieron una leve reverencia cosa que no hicieron los soldados ya que no conocían al emperador.
-la buena noticia es que todos nuestros barcos se han unido y todos los guerreros del sol han copiado tu idea Burai pero solo tú has reunido a semejante cantidad de gente.
-…muchas gracias emperador – respondió Burai
-¿Cuánto falta para que lleguemos a la isla central?- preguntó Luten
-casi dos horas- respondió el emperador
Se escuchaba mal si el señor del fuego ya estaba en su reunión de guerra quizás dentro de poco daría la orden de atacar el resto de las islas.
-si tan solo pudiéramos interferir en esa treceava flota- dijo el chico viendo por la ventana de ese camarote.
-tenemos tiempo para comer algo, apenas desayunamos- propone uno de los soldados.
-si pero creo que primero deberíamos enfocarnos en hacer que Burai recuperé sus controles, si vamos a hablar con los igualitarios y con el señor del fuego entonces lo mejor es que Burai haga una demostración-
-no es necesario- intervino Burai
Era verdad ya habían hecho mucho por el curándolo de ese horrible ataque.
En ese momento entro otro de los guerreros entró a esa habitación.
-emperador dos barcos de la nación del fuego están por alcanzarnos y quieren permiso de abordaje- informó el guerrero.
-yo me encargaré de eso- respondió el emperador antes de voltearse hacia los soldados que se intranquilizaron al escuchar de la revisión.
-tranquilos sus armas están escondidas y sus uniformes ya se los han cambiado solo hagan como si nada, yo hablaré.
Burai ni había prestado atención en que los soldados ya no estaban vestidos como militares igualitarios, estaban vestidos como civiles con ropa vieja.
El emperador salió de la habitación y todos se quedaron en silencio por varios minutos, mientras que por la ventana pudieron ver como un barco se detuvo muy cerca del barco del que venían escucharon a varias personas subir quien estaba a cargo parecía ser alguien enfurecido.
-el señor del fuego ha prohibido que cualquier barco militar llegue a la costa de la isla central- dijo de manera agresiva el oficial al mando.
-no somos un barco militar, traemos soldados dentro pero venimos en una misión pacífica- dijo de forma imperativa el emperador del sol controlando su volumen de voz levantándolo y bajándolo de diferentes formas en cada palabra que decía de verdad si era un líder ya que la forma en que respondió el oficial cambió de manera repentina.
-¿Qué tipo de misión?-
-vamos a enviar una transmisión a todo el mundo para detener la guerra- respondió el emperador.
Burai le entró una duda sería seguro decir el plan a los soldados de la nación del fuego, bueno Burai no era un experto pero sabía que la nación del fuego tuvo muy mala fama incluso después de la guerra de los cien años, pero aun siendo una tierra prometida para los maestros de los elementos pero se podrá confiar en ellos.
-ya se han lanzado varias transmisiones y no han servido, que le hace pensar que está va a funcionar-
-porqué esas transmisiones son solo mensajes dando declaración de guerra abierta este mensaje es un video de cómo unos soldados igualitarios han detenido la lucha en la isla Ember y de cómo hay maestros en el ejército igualitario.
En ese momento Ken le toco varias veces el hombro a Burai y este volteo a ver, Ken le estaba pasando unas nuevas ropas a Burai las que tenían estaba muy sucias y rotas.
Burai se cambió de ropa ahora vestía con pantalones de mezclilla y una camisa blanca de manga corta sostenida por tirantes.
-… muy bien daré la autorización pero más adelante revisaremos el barco y deberán entregar todas su armas-
-también debemos pedirle que debó hablar con el señor del fuego en persona-
Minutos después de esa gran tensión el barco volvió a ponerse en marcha a toda velocidad, Burai no pudo escuchar la respuesta de ese soldado que hablo con el emperador, pero suponía que las cosas podrían ir bien de ese punto en adelante.
Apenas les dio tiempo para que todos comieran algo y para charlar, también hubo que cambiar lugares con los remadores para continuar con la marcha, Burai se sentó junto a Luten y junto con Ren en una mesa casi al final de la cámara donde estaban los remos y como los soldados igualitarios se unieron al equipo de remadores los barcos pudieron ir más rápido.
-se me acaba de ocurrir Burai que probablemente tendremos que combatir a esa división de ataque sorpresa y sin tus controles para detenerlos puede que necesites usar armas-
-tengo quince años, en ningún pueblo o ciudad la ley autorizaría que alguien de mi edad usara armas de fuego y vaya al combate- dijo Burai
-bueno es tu protección somos soldados maestros y no maestros y no podemos garantizar por completo tu seguridad-
-lo sé pero… preferiría no tener…
Sonó el cuerno del barco que usaban para indicar la llegada de los guerreros a la costa, poco a poco dejaron de remar ya todos adoloridos y algo cansados se levantaron de sus sillas y comenzaron a salir del barco hacia el exterior.
Ya había anochecido, en aquella costa apenas se podían ver las estrellas, esto era debido a que todo el barco estaba iluminado por antorchar que habían sido hechas por fuego control de los guerreros.
Aunque habían salido a la cubierta no habían comenzado a descender por alguna razón, Burai vio como algunos de los soldados igualitarios sacaron sus armas de fuego, cosa que intranquilizó a Burai.
-¿de verdad van a entregarlas?-preguntó el chico mientras que otras luces, estás provenientes de gigantescas lámparas eléctricas colocadas en otros barcos, dos barcos por cada barco de los guerreros que llegó a tierra los iluminaron.
-claro que si- respondió Ken
-por cierto Burai- intervino Luten- el emperador del sol me ordenó que te diera esto, se supone que aún es demasiado pronto para que reveles tu identidad ante el mundo así que la mejor opción es que te hagas pasar por un soldados igualitario
Luten le pasó a Burai una pistola negra, el chico pensó que sería una pistola de juguete, peor cuando la agarró y sintió su peso cayendo en su mano se dio cuenta de que esa pistola era real.
-en serio-
-Burai tienes que hacerte pasar por un soldado- dijo Luten- obviamente no te quedarás con está pistola, pero si te deben ver entregándola y por eso también te cortamos el cabellos.
Burai ni se había dado cuenta de eso también había tenido la mente tan ocupada que ni se dio cuenta que le habían cortado el cabello casi a rape.
El chico paso los dedos entre su cabello se sentía extraño la verdad no esperaba que le hicieran eso, bueno el cabello volvía a salir y la verdad sentía que en ese momento no le importaba, pero si le importaba no tener que disparar esa pistola que tenía sostenida con sus dos manos
-me gustaba largo, solo espero que no nos maten-
-no tienen permitido atracar en el muelle, en segundos los marino pasaran para quitarles sus armas deberán entregarlas quien se oponga será ejecutado- gritó una voz masculina a través de un altavoz.
Si intentan disparar ni lo piensen les estamos apuntando con misiles a sí que manos arriba.
No les quedaba de otra más que obedecer, los maestros tenían motivos de sobra para desconfiar de un grupo de soldados y llevar banderas blancas no significaba nada.
Una vez que el barco estuvo a escasos metros de el mandaron el puente y una docena de soldados uno de ellos gritó de mala manera que entregaran las armas, no quedaba de otra.
Los soldados pisaron la cubierta del barco llevando un contenedor de madera bastante voluminoso, mientras los soldados fueron depositando pistolas, cuchillos, fusiles de asalto, granadas y municiones, Burai se fue acercando poco a poco y deposito la pistola dentro tratando de asegurarse de que lo vieran entregando su arma no la extrañaría a hora que tenía sus controles de nuevo.
Una vez que acabaron los soldados se retiraron al otro barco llevándose consigo el puente que conectó a ambos barcos, el barco se alejó, pasó un silencio muy incómodo, ahora que pasaría.
-espero que funcione o mataremos a su líder-le susurró el soldado que salvó del helicóptero en llamas.
Algunos de los soldados reaccionaron a ver a Burai, otros los guerreros del sol reaccionaron a ver al emperador, entonces si el plan fallaba lo matarían a el, o matarían al emperador.
Ahora tiene permiso para atracar, su líder debe ir primero y todos los demás deberán ir detrás de ella con las manos en la nuca- anunciaron por el megáfono
Más condiciones de entrada, Burai caminó hacia el otro lado del barco, mientras bajaban las escaleras para descender el emperador se abrió paso a empujones por su voluminosos cuerpo para bajar primero.
Burai avanzó después de varios soldados colocando sus manos en la nuca mientras bajaba sentía como cientos de soldados les apuntaban con armas y controles, cuando Burai puso un pie en tierra firme no pudo evitar sentirse nervioso ese momento fue cuando le apuntaban él no estaba en la orilla así que seguramente no habían visto que no era un soldado ya habiendo dado varios pasos las filas comenzaron a disminuir su velocidad y al final se detuvieron en seco justo cuando todos los soldados traidores pusieron un pie en la tierra.
-ahora todos ustedes pasaran por una revisión-
En fila todos los que bajaban de los barcos comenzaron a ser revisados, para Burai eso era una perdido de tiempo como es posible que no se dieran cuenta que estaban perdiendo valioso tiempo la última flota de ataque del ejército igualitario ya debía estar en la silla preparándose para atacar.
Los revisaban de fila en fila de manera vertical a cómo llegaron, de treinta en treinta soldados, los maestros metal usaron sus controles para detectar armas metálicas, después les revisaban el cuerpo entre la ropa para asegurarse de que no tenían alguna arma que no estuviera hecha de metal, de verdad no se tardaban entre grupo y grupo pero entre más se tardaban, fácilmente eran cinco veces más y francamente la revisión podría ser más rápida.
Cuando los soldados encendieron luces, frente a la treintena de soldados entre los que se encontraba Burai, el chico estuvo a punto de cubrirse la cara con las manos, pero estaba a prueba, Burai por fin pasó después de quince filas algunas antes que al final, con las manos en la nuca todavía, el chico pasó al frente el maestro metal hizo un movimiento no pasó nada, con suerte, el grupo donde estaba Burai caminó hacia la otra revisión, caminando más hacia adelante a donde estaban más soldados.
Por fin terminó la revisión ahora podía pasar completamente tranquilo, quizás podrían intentar hacer sus controles y acercarse junto con otros doce soldados al menos hacia el señor del fuego y protegerlo mientras que el resto ayudaría con la transmisión.
Burai pasó entre los soldados de la nación del fuego con las manos en la nuca cuando llegaron al final de la zona por fin pudo bajar las manos y dio un fuerte respiro.
-Atención, atención las flotas de la marina, la infantería y la fuerza aérea van a salir por el muelle cinco, favor de despejar el área- dijeron por el altavoz.
Eso no podía ser la nación del fuego estaba desprotegida y en cuestión de minutos iniciaría el verdadero ataque, necesitaba estar junto al señor del fuego lo más pronto posible, no tenía de otra dependía de sus controles.
Burai comenzó a caminar discretamente hacia la ciudad tenía que hacer algo, si sus controles iban a regresar esa era el momento ideal para hacerlo.
Antes de que Burai pudiera avanzar más de diez pasos, vio como a un grupo de soldados de la nación del fuego que vestían de forma diferente al resto de los soldados, estos pasaron enfrente de él estorbándole el paso, algunos voltearon a verlo con indiferencia.
Cuando estos terminaron de pasar el chico sintió como lo jalaron del cuello de la camisa hacia atrás, por un segundo el chico pensó en los guerreros del sol que no querían dejarlo ir desprotegido.
-no tenemos tiempo de…-
-¿Qué es lo que haces aquí?, ¡no deberías estar!, tras los problemas que he tenido durante este tiempo- Burai no comprendió muy bien esa última frase- ¡Tú no eres un soldado del ejército igualitario y tampoco de los resurgistas ni de la nación del fuego!- le dijo el mercenario negro que había matado al último soldado igualitario.- responde ¿Qué es lo que haces aquí?-
Burai no entendió que lo pasó ese hombre sea quien sea lo miraba fijamente, parecía como si estuviera enfurecido de ver a algún enemigo del colegio después de varios años, pero la forma en que le hablaba se le hacía extraño normalmente pregunta primero el nombre y que es lo que buscas en ese lugar, pero esas preguntas o la forma en que las hacían iban hacia una persona conocida.
Burai no contesto ya que no estaba del todo preparado para una pregunta así, se trataba de un hombre que con tan solo verlo se dio cuenta de que no era del ejercitó igualitario ni de la nación del fuego.
-responde ¿Qué es lo que haces aquí?-preguntó aquel hombre subiendo su volumen de voz.
Burai no contestó que no la pregunta debería ser quien era el y que quería en ese lugar, bueno soltó debía responder lo que le preguntaron.
-Vengo a salvar a la nación del fuego y a terminar la guerra ya debieron haberte dicho.
-¿a dónde te dirigías?-preguntó de manera más seria.
-¿¡qué está pasando aquí!?-preguntó una voz femenina
-nada señorita Shiori es un asunto personal- respondió el hombre.
Burai ni volteó a ver a la mujer que había hablado debía lleg.ar al palacio antes de que llegara la flota a atacar al señor del fuego.
-¡una flota atacara por sorpresa al señor de fuego!-gritó Burai
-¿cómo lo sabes?-preguntó la mujer que todavía estaba detrás de Burai
-¡inteligencia hizo la investigación, los igualitarios no mandaron a una flota muy fuerte!, ¡está flota debía ser derrotada para que el señor de fuego se desproteja así mismo!, ¡van a mandar una flota extra!-
Pasaron varios segundos muy tensos para el chico antes de que alguien lo agarrara por el cuello y lo subieran a un animal
-¡agárrate y no grites!- dijo la joven mujer.
Burai se aferró a la espalda de esa mujer antes de que ese animal comenzará a correr por la calle de la ciudad costera.
Estaba montando sobre un animal el cuál el chico no podía ver, pero no le era tan dificl ya que estaba acostumbrado a montar en Argus.
El animal pasó a través de las calles y unos segundos después se unieron un tanque y varios vehículos de combate rumbo al palacio real del fuego, una vez que salieron de aquella ciudad a oscuras, únicamente iluminada por las luces de las ases y campamentos militares improvisados en la ciudad.
Comenzaron a subir colina arriba, tan rápido como ese animal podía correr.
Burai tampoco podía ver la cara de aquella mujer lo único que podía ver era su cabello de color café claro atado con una cola de caballo, quien sería está mujer y porqué montaba un animal y no una motocicleta o un automóvil.